Los días fueron pasando y antes de darme cuenta, el instituto ya había vuelto a empezar, vuelta a la misma clase con las mismas personas y con los mismos profesores, aunque esta vez tenía a Ángela para distraerme todas las clases mientras pensaba en lo genial que me lo pasaba desperdiciando días enteros riéndonos como si nos conociéramos de toda la vida. Jaime y Rodrigo desde principio del curso sospecharon que me gustaba Ángela (me era casi imposible ocultar lo mucho que la quería a pesar de que nosotros tres viviésemos en la isla de Lanzarote, en un pueblo perdido de la mano de dios.
Los días y las noches enteras las perdía hablando con ella, cada noche hasta super tarde hablábamos sin fijarnos en la hora hasta que un día decidí declararme a ella y a pesar de las adversidades que presentaba la distancia que nos separaba, ambos nos arriesgamos a vivir lo que sería la alegría que iluminaría mi vida. Tras empezar a salir solo me dedicaba a rogarle a mis padres que me dejasen ir a verla, tres meses exactamente de instituto mas las vacaciones de invierno tuvieron que transcurrir para que en la semana Santa, se me revelase que podría ir a verla por primera vez.
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florecer y marchitarse, un ciclo sin fin
No Ficción¿cómo te sentirías tras sentirte en lo más alto de tu vida para luego caer sin siquiera saberlo? ¿cómo procesarías todos esos sentimientos y dolores que sientes? Esas y otras cuestiones son las que vas a ver narradas a través de una travesía que a p...