Tras el incidente en el casino decidí unirme a Reyes de la Noche.
Tenía como objetivo eliminar a todas las mafias que participaban en el contrabando de personas y de drogas (entre otros), además de robar a los millonarios (como Reynolds) que disfrutaban maltratando a las personas sin remordimiento alguno.
Los Reyes de la Noche se encargaban de dejarles sin dinero y luego los enviaban a la cárcel anónimamente (esto se debía a que las mafias querían acabar con Reyes de la Noche a toda costa), aunque el 95% de ellos no llegaban con vida o ya directamente ni llegaban.Pasaban los meses y Drake (el sexy chico de ojos verdes) y yo nos fuimos conociendo a la vez que enamorando más y más, hasta que empezamos una relación estable. Éramos inseparables, algo así como el dúo dinámico.
Por mucho que ahora me duela admitirlo, él fue mi único y verdadero amor, lo que sentí en esos tres años a su lado no lo volveré a sentir con nadie más, de eso estoy más que segura.
Cada vez que me abrazaba o me besaba mi corazón se volvía loco y miles de corrientes eléctricas recorrían mi cuerpo, tenía la sensación de estar viviendo en un cuento de hadas junto a mi príncipe azul.
Pero no todo es de color de rosa, dos años y medio después de haber comenzado nuestro noviazgo, todo cambió. Se me encargó la investigación de Blaze, un jefazo de la mafia que se dedicaba al contrabando de drogas, pero no solo era eso, si no que era un asesino despiadado que mataba a cualquiera que se interpusiera en su camino. Al ser una investigación de suma importancia y dificultad le pedí ayuda a Drake, que con sus años de experiencia podría ayudarme, pero se negó rotundamente, dijo que dejase la investigación a otro, que no valía la pena.
Teníamos fuertes discusiones cada vez que sacaba el tema, el me insistía en que lo dejase, pero yo me negaba, quería hacer pagar a Blaze todas aquellas muertes que había causado.Pero llegó aquél fatídico día en el que todo mi mundo se fue abajo, mi cuento de hadas se convirtió en una historia de terror repleta de sangre, traición y lágrimas.
***
Oigo el ruido de la puerta abrirse y corro a saludar a Drake, no le había visto en todo el día ya que había estado muy ocupada en la investigación sobre Blaze y él se había pasado el día fuera.
-Hola cariño, ¿que tal tu día?- le pregunto nada más verle, me acerco para darle un tierno beso en los labios, que él corresponde, aunque no de la forma que me hubiera gustado, su respuesta fue gélida y distante, nunca me había dado un beso así. Algo iba mal, lo notaba.
-¿Estás bien?- quise saber
-Tenemos que hablar- dijo con tono grave y apartando la mirada, su vista se posó en la puerta principal.
-¿Que ocurre?- mi voz tiembla al igual que mis manos, ojalá mi instinto me falle y solo sean imaginaciones mías.
-Ya no te quiero Vanessa, es más, nunca te he querido-.
Mi corazón se acaba de romper en mil pedazos, mis ojos se aguan y mi vista se nubla ligeramente. Justo cuando me iba a disponer a hablar un disparo resonó en toda la casa y un dolor punzante se instaló en mi pecho. Mis manos y mis ojos viajaron hacia esa parte encontrándose con sangre, comienzo a ver borroso y siento como mi cuerpo se va debilitando, el dolor va en aumento y mi fuerza disminuye rápidamente, antes de caer al suelo mis ojos contactan con los de Drake, por un instante percibo culpa y tristeza en su mirada, pero solo por un instante, luego su rostro deja de reflejar expresión alguna. Su fría mirada fue el golpe que necesitaba para caer al suelo.
-Listo, un problema menos- con las pocas fuerzas que me quedan elevo mi mirada y puedo ver a Blaze con un arma en la mano derecha, mientras que con la izquierda tira del brazo de Drake que en todo este tiempo no se ha movido de su sitio.
Abandonaron la habitación y todo se volvió negro, ya no había más dolor, solo oscuridad y silencio.
***
Han pasado ya 4 meses desde aquel día. Según el médico tuve muchísima suerte, un poco más a la izquierda y el disparo hubiera sido mortal.
Fue mi vecina quién me salvó, por así decirlo. Oyó el disparo desde de su piso y llamó a la policía.
Karl, el fundador y jefe de Reyes de la Noche, vino al hospital a visitarme y a decirme que tras esa noche Drake había desaparecido del mapa y alguien había eliminado toda la información que había descubierto sobre Blaze. Lo único que quedó fue la carpeta del expediente totalmente vacía.
Dan y Kayla, mis dos mejores amigos y compañeros, también vinieron a visitarme, gracias a ellos todo se hizo más ameno. Cuando estaban en el hospital conmigo me olvidaba de todo lo que había pasado, pero solo eran unos segundos, luego acababa volviendo a la dolorosa realidad.
Tuve que redactar un informe con todo tipo de detalles sobre cómo había pasado todo. Tardé bastante en acabarlo ya que no podía recordar todo aquello sin derrumbarme y echarme a llorar como nunca antes había hecho en mi vida.
Cuando me dieron el alta no pude volver al piso donde vivía con Drake, se me hacía imposible y extremadamente doloroso. Al final me acabe comprando un piso cerca de Dan y Kayla que me tenían vigilada las 24 horas.Y aquí me encuentro ahora con una botella de tequila en mi mano derecha mientras observo en el espejo la cicatriz que tengo cerca del pecho izquierdo.
Tras unos minutos observándola muevo la cabeza de un lado a otro volviendo a la realidad, me coloco una camiseta ancha para dormir, miro la botella de tequila y me la acabo de un solo trago, una vez terminada tiro la botella al suelo con desprecio. Procedo a tumbarme en mi cama llena de pañuelos usados, debería limpiarlo, pero me importa demasiado poco, lo único que quiero es volver a estar con él como antes, como hace varios meses.
Soy una estúpida, pese a todo, le sigo queriendo con la misma pasión y el mismo amor que el primer día.
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Reyes de la Noche
RomanceY ahí me encontraba yo, tirada en mi cama con los ojos hinchados de tanto llorar, con montañas de pañuelos usados tirados por el suelo, rememorando los primeros momentos que pasé con él, la primera vez que lo vi, el primer latido que dio mi corazón...