Capítulo II

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Mi vida pegó un giro, pensé que ya lo tenía todo superado. Estaba bien después de mucho tiempo.
Volví a mitad de verano con mi madre, no se me olvidará nunca ese verano. En el pueblo que vivíamos por aquel entonces casi no salíamos pero ese día mi hermana tuvo la maravillosa idea de salir ya que eran las fiestas.
- .... vamos a los coches de choque porfa.- Me decía mi hermana todo el rato.
Fuimos a los coches y cada una montamos en un coche diferente. De repente me chocó alguien por detrás, pensaba que era mi hermana, pero al girar el coche era un chico. Nunca le había visto en mi vida. Tenía el pelo castaño y ojos azules cielo. Mi corazón empezó a latir cada vez más rápido. Me gasté como 20€ en los coches de choque solo para chocarme con él.
Mi hermana ya conocía a algunos chicos del ese pueblo pero yo no conocía a nadie. Vi que se acercaba a él, cuando de repente empezó a gritar mi nombre. Fui a ver que quería y en ese momento me presentó al mayor error de mi vida, aquel que la iba a destrozar al cien por cien.
Al día siguiente mi madre estaba en el trabajo y yo me tenía que quedar con mi hermana. Encendí el móvil y vi un mensaje de Whatsapp de un número que no tenía agregado. Lo abrí y al ver la foto de perfil, era él. Con el que había soñado toda la noche.
Empezamos a hablar días y noches, a todas horas. Después de unos meses hablando y quedando como amigos un día me besó. Nunca pensé que eso pasaría. Ya no volví a ser la misma.
Muchas veces venía a mi instituto y gracias a él me expulsaron como tres veces por escaparme y llegué a acumular más de cien faltas de ausencia. Todo era tan bonito a su lado.
- Oye .... voy a hacer una fiesta en mi casa este finde espero que puedas venir.
En que momento habré dicho que sí.
Fui a su fiesta, cuando entré en su casa apestaba todo a porros y a alcohol. Habían tres borrachos en el salón jugando a la play y él estaba en su habitación. Fui a saludarle y ahí estaba borracho perdido.
- .... ven tía, ven a pasártelo bien.- Me decía. No podía ni hablar.
-Dudo que cuidando a un borracho me lo voy a pasar bien.
-¿Borracho yo? Por lo menos ven a darme un beso.
Me quería ir, no me gustaba nada el ambiente. Fui a abrir la puerta de su habitación pero me agarró del brazo.
- Ven tonta, como te he dicho antes vamos a pasarlo bien.
Me tiró en la cama, y empezó a besarme por el cuello lentamente e intentaba bajar con sus labios por mi cuerpo. No quería, intentaba quitarle de encima mía. No podía con él, empecé a gritar.
- No grites zorra.
Empezó a intentar desabrocharme el pantalón. No paraba de moverme, intentaba huir. Nunca me había sentido tan débil, en ese momento empecé a llorar. No podía ser verdad lo que me pasaba, no quería creermelo. Fue en ese momento cuando por la puerta apareció mi ángel de la guarda, Lucia se llamaba.
-¿Qué haces Adrián no te da vergüenza?.-Dijo ella, quitándole de encima mía.
-¿Por qué me debería dar vergüenza?
Adrián se levantó y tiró a Lucía al suelo. A mi me cogió del brazo, me levantó y me susurró "Tú y yo no hemos acabado aquí". Sentía tantas ganas de pegarle que lo hice, sin más, sin pensarlo.
Lucia me acompañó a casa y me avisó de que no me acercara más a él. Le bloqueé en todas las redes sociales, ya no quería saber nada de él. Ya no quería saber nada de nadie. Cada tarde venía a mi casa a buscarme, tenía miedo de salir a la calle, tenía miedo de estar con otro chico, simplemente me daba miedo la vida.
De ese momento fue todo a peor.
La avícola donde trabajaba mi madre cerró. Fuimos obligadas a mudarnos a una casa con alquiler.
Mi madre no encontraba trabajo por esa zona. La llamaron de Madrid para trabajar en un bar. Tenía que ir y volver todos los días, así que para ahorrar gasolina ella se quedaba en Madrid entre semana y mi hermana y yo estábamos solas en ese pueblo de miencima.No podía contarle a mi madre lo que pasó, no después de todo lo que teníamos encima. No podía soportar mas estupideces, sentía que ya no tenía sentido la vida. Se me olvidó la esencia de vivir, de pasármelo bien.
Juré que ya no iba a saber nada de mi, decidí olvidarme de todo e intentar ser la que era antes. Y eso fue lo que hice.
Iba todo muy bien, un día fui al instituto y la gente me empezó a mirar como para reírse de mi. Una niña de primero de la ESO empezó a gritar "Está es la que se folló a Adrián". En ese momento me derrumbé, juro que no podía más. Me sentía triste, no encontraba sentido, no encontraba esperanza, estaba rota por dentro. No podían juzgarme por algo que no hice, por algo que ni saben lo que pasó. Quería irme lejos de todo.
De repente de la nada vino un chico y me preguntó que me pasaba. Tenía una cara muy graciosa, intentó alegrarme y eso que no me conocía de nada. Se empezó a hacer un porro y me ofreció, nunca había fumado en mi vida. Estaba muy mal así que para aliviarme le di unas caladas. La verdad es que me sentí más relajada, me sentía mejor.

El final de mi historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora