Y como dijo Víctor, él y yo nos hicimos inseparables. Era aquel amigo que nunca había tenido y tanta falta me hacía. Con él podía ser yo, no me juzgaba por como era. Todo iba a mejor, me sentía bien.
-Joder, tres veces he suspendido el práctico del coche.- Dijo él muy indignado.
-No estés mal, ya esta vez lo consigues.
-A lo mejor no, a lo mejor no sirvo para esto.
Le abracé, sabía que se lo iba a sacar. Esta vez si que si.
-Bueno .... me voy que llego tarde, es la última vez que me presento a esta mierda.
Mientras él se fue a hacer el examen práctico del coche yo esperaba a que venga y que me cuente tal le había salido. Tenía un mal estar que no podía con él. Entre los nervios que estaba pasando y entre que a mi cuerpo.
Pasaron como dos horas y por fin apareció.
-Esta vez si que si.- Dijo él tan ilusionado.
-Me ale...
...
No recuerdo que pasó. Solo recuerdo despertarme en el hospital. Estaba muy mareada, nunca había estado igual. Abrí bien los ojos pero veía todo borroso, entre las sombras me pareció ver a Víctor y a mi madre.
A medida que mis ojos empezaban a enfocar intentaba hablar pero apenas podía.
-¿ Ma..ma qué ha pa..sado?
Entre lágrimas mi madre me lo intentaba explicar.
- .... sabes que en la vida hay que ser fuertes y luchar pase lo que pase. En estos momentos vas a tener que luchar por ti y por la gente que te quiere. Tendrás que mantener una dieta, que medicate y que pase lo que pase sigas con tu preciosa sonrisa en la cara.
- ¿Por qué me dices esto?
- Necesito que seas la niña fuerte que conozco y que tanto me encanta. Hija, tienes un tumor en el ovario derecho que a lo mejor dará en cáncer.
No paraba de pellizcarme, creía que era un sueño. Era mi oportunidad, dejar todo y que pase conmigo lo que tenga que pasar.
No sabia si llorar o reír de la impotencia. Miraba a mi madre y a Víctor, me estaba viniendo la imagen de mi hermana a la cabeza. Decidí darle a la vida una segunda oportunidad por ellos, no por mi.
Víctor no fue capaz de decir nada, estaba mirando como si se iba a quedar sin mi. Sus ojos parecían tristes, tenía unas ojeras impresionantes.
-Víctor dentro de nada me llevarás en coche por ahí.
-Si.- Respondió seco.
-Chicos me voy a comprar agua, ¿queréis algo?
-No, gracias mamá.
Mientras mi madre se iba, Víctor estaba pensando.
- .... necesito que luches, que seas fuerte, ya sabes que tienes todo el apoyo del mundo. Se que pensaste que no lo harías, lo sé. Pero hazlo por la gente que te quiere, por aquellos que pagarían por verte sonreír.
- ¿Cómo sabes que lo pensé? Lucharé pero no estoy segura de querer hacerlo.
- ¿Piensas que tú vida es difícil? Todos tenemos nuestras malas rachas. Se que no ha sido fácil por todo lo que has pasado, se que te cuesta. Pero de los errores se aprende. Por eso nos tienes a nosotros para ayudarte en lo que podamos.
- ¿Errores? ¿Todo es culpa mía ahora? No fui yo la que quería que un baboso casi me violase, tampoco quería que me juzgara todo el mundo por cosas que no hice, no elegí yo esta vida.
- No he dicho eso, siento que me hayas entendido mal.
- Siempre dices todo lo que piensas, pero ponte en mi lugar.
- Yo ya no pinto nada aquí. Ya me escribirás cuando estés mejor.
Juro que no quería que se fuese. Gracias a él podía ver lo bonito de la vida. Era uno de mis mayores apoyos que tenía.
Abrió la puerta para irse.
-Lucharé, te juro que lucharé.