Sonó la alarma de mi celular... 9 A.M... abrí mis ojos y me quede viendo fijo a mi techo de yeso... maldiciéndome por seguir viva otro día.
-uno más... uno más... -me decía a mí misma con una sonrisa fingida- un día más...
Me quede viéndolo unos segundos mientras mi cuerpo se despertaba por completo... sentía los leves rayos de sol mañanero entrando por la ventana y chocando contra mi pálida mejilla, odiaba esa sensación... odiaba sentirme viva. Me levanté de a poco, incorporándome y soltando un quejido de dolor con los roses de la ropa en las heridas abiertas de mi cuerpo... las cuales muchas se habían cerrado y las había vuelto a abrir... Llegaban desde mi talón hasta mi pecho, por lo que no podía usar pantalones cortos o blusas con mangas cortas.
"al fondo de mar caí y me hundí en mi tristeza, despertar no vale de nada"
Era mi alarma sonando otra vez para que vaya a desayunar y prepararme para ir a la escuela a las 12 AM. Siguiendo mi estúpida rutina de todos los días, camine al baño para luego mirarme al espejo y escuchar dentro de mi cabeza los mismos comentarios de siempre
"mírate, ¿Quién podría querer a este desastre?"
"¡es débil! Mira cómo intenta matarse!"
"claro, como toda inútil, no logra hacerlo"
"esas marcas no son nada, mereces sufrir peor"
"deberías morir maldita infeliz"
"todos sabemos que eres un error, un simple desperdicio de oxígeno"
Las voces seguían y seguían... sentir que no soportaba más... me daba bofetadas mirándome con odio... cada una más fuerte que la anterior. Luego de una que me dejo la mejilla marcada, me senté en el suelo sacando una pequeña navaja de sacapuntas de mi bolsillo, arremangue mi camiseta y comencé a hacer tajos largos y profundos mientras dejaba salir quejidos de dolor... se preguntaran ¿Por qué hago esto? Pues simple: ODIO. Odio haber nacido... odio haber sobrevivido 15 años de mi estúpida existencia en este mundo miserable... desde pequeña mi madre me abandono y mi padre me estuvo cuidando... pero él es un alcohólico. ¿Creen que ese es mi único problema? Es solo el principio...
Durante la primaria... mis compañeros siempre me golpeaban... mientras que los demás solo miraban hacia otro lado y me dejaban sola... 6 años de maldito sufrimiento. Al entrar en el secundario, cambie completamente... era una persona cerrada y agresiva, si alguien me hablaba lo ignoraba, si alguien me tocaba lo empujaba, si me arrojaban algo pues... digamos que todos me temían. Justo cuando cambie fue cuando comenzaron las voces... ese día estaba sentada en mi pequeña habitación pintada de blanco... o más bien marfil, mientras que acomodaba los muebles de mi habitación (lo hacía normalmente una vez a la semana... no me gustaba estar siempre en el mismo ambiente). De repente comencé a sentirme mal... sentí una presión en el pecho por lo que tuve que sentarme en mi cama, arrugando mi colcha negra, aunque la verdad no le daba mucha importancia... yo de verdad necesitaba mantener la mente ocupada en algo. En fin, yo creí que estaba exhausta por hacer movido tanto peso, así que fui al baño a lavarme la cara y me mire al espejo... comencé a sentirme triste... pensaba en lo mal que había hecho sentir a mi madre al nacer, pensaba que yo era la causa del alcoholismo de mi padre, sentía que de verdad merecía todo ese maltrato en mi escuela...
"claro que lo merecías"
Fue la primera vez que las oí...
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Bueeeno, no es lo que yo esperaba pero estoy muy contenta de publicar la primera parte de esta novela. Quiero aclarar algunas cosas de las que ocurren en ella son parte de mi vida diaria, así que agradecería que me ayuden compartiéndola y haciendo que la conozcan, ya que este es uno de mis escapes mentales, y si llego a tener apoyo eso me haría muy feliz
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una vida, una tortura
Roman pour Adolescentsesta historia sobre la vida diaria de una chica con depresion, alusinaciones y un padre ebrio. Vamos a saber lo que piensa, lo que siente y como reacciona ante las situaciones de su dia a dia (basada en una historia real)