PRÓLOGO

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Te veo desde la distancia, desde la amplia distancia, tan alejada que tu jamás me notarias, te veo jugar y divertirte, también  veo como te enfadas gracias a las pesadas bromas de tu hermana, veo como te sonrojas frente a esa chica, veo que no tienes ojos para nadie más que no sea ella. Veo la desesperación de tu mirada, tus bonitos ojos jamás deberían tener esa expresión. Un niño jamás debería lidiar con las cargas de los padres, veo que te sientes solo y abandonado, veo que anhelas el cariño de tu padre. Nosotros no hicimos nada ¿Cierto? No tendríamos porque sobrellevar la tristeza de sentirnos rechazados por nuestros padres, no tenemos ninguna culpa ¿Verdad? Entonces ¿Por qué tenemos que vivir como si fuéramos culpables de algo? No entiendo y veo que tú tampoco entiendes, es injusto, la vida es injusta.

Yo te veo pero tú no me ves, desde la distancia, desde la amplia distancia, tan alejada que tú jamas me notarias, me doy cuenta como anhelas y como has perdido, desde la distancia odio a tu padre, odio al avatar y odio esta nación por arrebatarnos tanto. No te preocupes Zuko, tu padre no puede verlo pero yo si, eres por millones de veces mucho mejor que Azula, tu mirada me lo dice todo, tu espíritu resplandece cual sol, yo lo noto, así que por favor no cambies eso.

 Desde la lejanía noto tantas cosas y es que en realidad solo puedo verte a tí, entre una multitud de personas al primero que encontraría es a ti y aunque yo te veo, tú no me ves, mientras yo te encuentro en medio de una multitud tú encuentras a alguien más, así que desde la distancia, desde la amplia distancia, tan alejada, espero a que me notes.

Con cariño: la del palacio de al lado.


YIN YANGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora