-La tía Amanda dijo que puedes ir a visitarla la siguiente semana, ya sabes, ella quiere tener un tiempo tía-sobrina.
-Genial- dijo Allydia con indiferencia. Quería a su tía Amanda, pero con ese afecto que a veces se le tiene casi obligatoriamente la familia.
La tía Amanda, la hermana de su padre era una mujer difícil de tratar, hacia criticas hacia todas las personas cada vez que se presentaba la oportunidad. Y la familia de su único hermano no era la excepción. Allydia sabia que su deseo de un tiempo "Tía-sobrina" era solamente una excusa para que ella la ayudara con las tareas de la casa. No se lo recriminaba, su tía estaba enferma y ella lo comprendía, aunque a veces su tía se aprovechaba de su estado.
Alejando sus pensamientos de las aburridas tareas que seguramente iba a hacer la siguiente semana se dedico a ver los árboles pasar rápidamente frente a sus ojos. Iba en el auto con su madre y su padre, iban de regreso a casa luego de hacerle una visita precisamente a la tía Amanda.
Cuando tenga mi propio hogar-se dijo- nadie me obligara a visitar a parientes indeseados.
Iba tan concentrada en ese pensamiento, que no se dio cuenta del auto que venia directo hacia ellos hasta que sintió su cabeza golpearse con el techo cuando su padre giro rápidamente para evitar el choque.
-Mierda-murmuro su padre-. ¡¿Como es que son tan estúpidos que no se dan cuenta que van en la dirección contraria?!
-Jared- lo reprendió su madre-. No te alteres tanto, no nos chocamos, los tres estamos en perfecto estado-dijo tratando de relajarlo-. Tranquilízate.
-¿Qué me tranquilice?¿Quieres que me tranquilice, Rose?, PERO SI ES LA CUARTA VEZ QUE ESTAMOS A PUNTO DE CHOCAR. ¡LA CUARTA!
-Eso no te da derecho a gritarme-repuso con voz calmada. Luego se volteo en su asiento hacia ella-. Ally, cariño ¿estas bien?- le pregunto con tono preocupado.
-Sí, solo me golpee la cabeza. Nada grave, no voy a morir -le respondió con una sonrisa, tratando de decirle que todo estaba bien-.
Su madre se le quedo viendo con una sonrisa, una mezcla entre alivio y amor.
-Y es tan cobarde que ni siquiera tiene el valor de ver si no mató a alguien. No, claro que no, él huye como la gallina que es. Estúpido.
Su madre giro los ojos ante las palabras de su padre y se volteo para verlo. La mirada que le dedico no le gusto para nada a Allydia.
-Tal vez si no se te hubiera ocurrido la magnifica idea de esperar hasta que anocheciera, no estarías quejándote de los autos que no pueden ver por la oscuridad- dijo con un tono en el cual se notaba la ira reprimida-. Así que, será mejor que salgamos de aquí antes de que se haga más tarde y empiece a llover más fuerte.
-¿Más fuerte?-dijo su padre mirando hacia la ventana confundido. Había estado tan ocupado maldiciendo al conductor del auto que no se había percatado de las gotas que golpeaban suavemente los vidrios.
-Si, más fuerte- tomó aire tratando de calmarse-. Ya es tarde. Amanda me dijo que podíamos tomar un atajo para evitar el trafico, solo avanza unos kilómetros más y gira a la derecha.
-¿Un atajo? No sé si eso sea...- dejo de hablar al ver la mirada de su esposa-. De acuerdo, de acuerdo. Tomemos ese atajo.
Siguieron avanzando unos minutos más y giraron en la dirección que su madre les indicó. Era una entrada al bosque, pero no habían árboles ni plantas que les obstruyeran el camino, las hojas de la pequeñas plantas que habían y el césped estaban aplastados formando un pequeño camino, como si varios autos o personas hubieran pasado por allí.
-¿Estas segura que es por aquí?-pregunto su padre dudoso.
-Si, eso creo- respondió su madre, su voz tenia un leve tono inseguro-.
-¿Estás completamente segura de que esto es un atajo?
-Eso dijo Amanda. ¿Acaso no confías en tu hermana?
-Claro que lo hago, pero tengo un mal presentimiento, ¿Por qué no la llamas?
-Bien, si eso te tranquiliza-dijo su madre sacando su teléfono de el bolsillo de su pantalón, apretó unas cuantas teclas y luego frunció el ceño-. No tengo señal, ¿Por qué no pruebas con tu celular?
-Se apagó hace una hora.
-Siempre se te olvida que tu celular no tiene batería eterna-dijo girando los ojos-. ¿Tienes señal, Ally?
Su madre se volteo para verla y ella no supo que decirle. Dos días antes, había ido a comprar materiales para un trabajo, no encontraba el dinero así que saco todo lo que tenia en sus bolsillos y los puso sobre la vitrina que la separaba del hombre de la tienda, cuando encontró el dinero simplemente se lo dio y se fue. Ella no usaba mucho se celular así que no se dio cuenta hasta el siguiente día cuando empacaba todo lo necesario para pasar la noche en la casa de su tía. Se planteó la idea de ir a la tienda, pero la desecho rápidamente, sabia que los dueños salían todos los fines de semana a visitar a sus hijo al otro lado de la ciudad. No le quedo más remedio que salir sin su teléfono. Después de todo solo seria un fin de semana, podía ir el lunes a preguntar si lo tenían. Solo rezaba por que la respuesta fuera afirmativa.
-No-respondió al fin-. Está en casa. Se me olvido traerlo-mintió-. De igual manera, no podríamos llamar a la tía Amanda. No tengo saldo.
Su madre suspiró y le dijo a su padre que avanzaran, podían volver si querían, pero tal vez si era un atajo y se ahorrarían un tiempo.
Tal vez valía la pena correr el riesgo, pensaron.
Se equivocaban.
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El Bosque
ParanormalTras un accidente automovilístico los padres de Allydia desaparecen misteriosamente y ella queda perdida en el bosque. Allydia se dara cuenta que no está sola y que su 'accidente' fue en realidad un plan fríamente calculado, pero, ¿por quién?¿por qu...