Una traición y un adiós

[00.5]

(Ciel)

Después de escapar de la Universidad con Alois, nos separamos. Otra vez comencé a vagar por el cementerio cómo alma en pena, me paró en secó al llegar a la tumba dónde yacía grabado el nombre " Dimitri Santoraski" . Sonrió con amargura y me siento a un lado de la tumba, con las puntas de mis dedos toco las letras grabadas en la lápida. Muerdo mí labio inferior para no dejar salir mis lágrimas. No sabes cuánto te extraño Dimitri.

– No fui capaz de convertirte en uno de los míos, quería qué vivieras tú vida cómo un humano y seas feliz, me arrepiento. Te amo, jamás pude decírtelo, y ahora lo siento – Me arrepentia mientras me recostaba en la lápida y miraba todo con amargura.

– Ciel Phantomhive, se enamoró de un mísero humano, qué patético – Me congele al escuchar su voz, me llené de coraje y me dispuse a responder.

– No eres nadie para decirme qué es lo correcto, te recuerdo qué te revolcaste con una prostituta, mejor cierra la boca o yo te la cerrare. – Le respondí levantándome y pasando al lado suyo.

– Aún no terminé Phantomhive– Me dijo con voz ronca, tomándome del brazo – Te recuerdo qué teníamos un contrató – Me solté del agarré y lo miré seriamente.

–¿ A qué viniste? – Le pregunté, una sonrisa sinica y maquiavélica se formó en sus labios, me tomó con rudeza de la nuca y juntó nuestros labios, intenté separarme pero era inútil, mordi su labio inferior, pero éso sólo lo éxito más. Lo empuje y corrí hasta la mansión, al parecer lo perdí, entró y subo a mí cuarto rápidamente, al parecer Alois no está.

Cierro la puerta con seguro una vez qué llege, me siento en el filo de mí cama tocó mis labios con asco y me dirijo al baño para quitarme todo rastro de su saliva. Refriego el cepillo rápidamente, después de unos 20 minutos, salí.  En el rincón de mí habitación yacía una sombra, sus ojos brillaban de color rojo vivo, aterrado me apego a la pared en un intentó de alejarme lo más rápido posible. Corro hasta la puerta y le quitó el seguro, pero no parece abrirse, estiró el pomo, pero nada, cómo sí la puerta estuviese sellada, al cruzar aquélla idea por mí mente, el terror de apoderó de mí por completó. Golpeó, pateo y gritó, todo es inútil, me volteó al sentir su precensia detrás mío, sus ojos ya no brillaban de color rojo, sino de color violeta. Me sonríe y me arroja a la cama, subiéndose arriba mío y acaricia mí cabello y rostro, un besó llenó de pasión y deseó era lo qué me entregaba, me remuebo y golpeó su pecho.

– Nhh...– Jadeo al sentir cómo mordiasque y lame mis pezones con rudeza, sube su rostro y me mira exsitaso volviéndome a besar, en un descuido introduse su lengua y recorre toda mí cavidad bucal. Trató de safarme de los agarres pero nada, se separa,dirigiendo sus manos hasta mí entrepierna y baja mí ropa interior rápidamente y sin qué pudiese articular palabra alguna, toma mí miembro y comienza a lamerle lentamente
,disfrutandolo, un escalofrío sube por mí espina dorsal al sentir cómo lo introduse por completó en  en su boca. Trató de callar mis gemidos tapando mí boca, pero es imposible, a los pocos minutos una oleada de placer recorrió todo mí ser,me corro en la boca de Sebastian, el cuál no dejó escapar ni una sola gota de mí esencia.

– ¡¡ No,No lo hagas Sebastian!!–Le pido al ver cómo se separa y deja ver un bulto en su entrepierna, abre forzosadamente mis piernas, trató de moverme pero era tarde. Se había despojado de toda su ropa, lo empujó y estiró su cabello con fuerza.

– No se mueva tanto o le dolerá, Bocchan~– Advirtió resaltando la última palabra, me volteó quedándome en cuátro, mordi la almohada, al sentir cómo me embistió con una estocada firmé pero feroz. Cada minuto bajo su cuerpo me generaba asco y repulsión, su respiración en mí oído y sus gemidos los cuáles resonaban por toda la habitación. No podía hacer nada más qué esperar qué está maldita noche pasase rápido, y poder acabar con mí sufrimiento. Cerré mis ojos sin poder aguantar más, y caí inconciente.

...

Me desperté deseando qué todo allá sido una mal sueño, pero no fue así, las sábanas estaban manchadas, evidencia de la noche pasada, me comencé a sentir mareado, corrí al baño y vomite con fuerza. Sin poder vomitar más me levanté y me metí a la bañera, freje la esponja una y otra vez, sin parar. Salí del baño y me aliste con unos pantalones negros qué me llegaban hasta por arriba de las rodillas, con dobladillo de color azul con cuadros, una camiseta azul eléctrico y un chaleco arriba de está, de color gris, y unos zapatos negros.

Bajé las escaleras y me encontré con Alois....

©Narrador omnisciente

El joven ojiazul se encontró con Alois todo desaliñado, sus ojos rojos con lágrimas secas en su rostro, su ropa desgarrada y por sus piernas bajaba sangre. Alois se desplomó en el suelo llorando y golpeando el suelo.

–¿ Porqué, Porqué ? – Lloraba desgarradoramente después de ser violado por Claude de la misma forma, qué Ciel por Sebastian.

– Tranquilo, tranquilo todo ya pasó– Trató de tranqulizar el ojiazul a su rubio amigo– Ve arriba y bañate – Le ordenó, el pelirubio asintió y se fue. Por su parte Ciel comenzó a preparar el desayuno. El joven preparó panqueques bañados de garabe y frutas, pastrami, Sándwiches de verduras y carnes, torta de alfajor, pastelillos agridulces, Cupcakes, fruta picada con yogurt, y jugó de naranja. Sirvió todo y se sentó, Alois bajo y repitió la acción de Ciel.

...

En un departamento serca de la mansión dónde habitaban Ciel y Alois se encontraban Sebastian y Claude, sentados al lado de sus novias.

– Mí Sebastian, hoy amaneciste de buen humor al igual qué Claude
¿se puede saber el porqué?– Preguntó Esther, Cassandra miró a Claude esperando respuestas.

– Nada importante– Le respondió el ojicarmín levantando el mentón de su novia– O mejor diría, qué estoy feliz por haberte encontrado – Mintió desaradamente el demonio Cuervo, Claude besó a su amante al igual qué Sebastian con Esther.

...

Después de haber terminado el desayuno se dirigieron al centro comercial para comprar algunas cosas. Una vez en el centró comercial se decidieron por comprar cosas de igene personal y un poco de ropa, pues las suyas estaban viejas. El celular de Ciel sono, el azulino de mala gana contestó el celular.

– Estás hermoso con ésa ropa joven amo– Aquélla voz qué sonó del otro lado del teléfono lo dejo helado, Sebastian lo estaba acosando, tomó rápidamente a Alois, el cuál se mantenía entretenido. Se perdió en la multitud sin cortar la llamada con Sebastian– Oh mí amor, no huyas, de igual manera te encontraré – Ciel cortó la llamada antes qué pueda decir algo más.

– Ciel– Llamó aterrorizado Alois, el ojiazul lo miró rápidamente– C-Claude el me está enviando mensajes– Ciel vio los mensajes qué su amigo le mostraba y el mostró la llamada perdida de Sebastian. Corrieron hasta la mansión, y Ciel encerró en su habitación juntó a Alois mientras recibían mensajes y llamadas.

Aquél amor se volvió peligroso

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