Y la convivencia distante para el Omega continuo, No fue hasta cerca de dos celos que Mo paso con el Alfa, que su cuerpo comenzó a cambiar, tan dedicado a desear la presencia de su Alfa, que el Omega no se dio cuenta hasta cerca de un mes después de dichas trasformaciones en su cuerpo.
Sus caderas ya antes marcadas y notorias, se ensancharon más. Su apetito cambio, en especial sus raciones las aumento al sentirse mucho más hambriento de lo normal; además, su cuerpo en especial la parte de su pecho, se preparaba para ser capaz de ofrecer alimento a un recién nacido.
Mo estaba embarazado.
Para el Omega, cuando se dio cuenta al darse cuenta que su Celo no llegaría, se sintió en extremo feliz, casi eufórico; el día que noto lo que su cuerpo le decía con insistencia casi por dos meses, se sintió realizado, después de todo, el siempre quiso tener una familia otra vez.
El Omega creía, que con eso finalmente haría que su Alfa quiera estar con él, que le sonreiría orgulloso, queriendo estar con él.
Mo entusiasmado le llamo para anunciarle la noticia:
-Siento molestarte-Se disculpó un poco asustado al recibir como respuesta a su llamado silencio absoluto-.Solo quería decirte...que estoy esperando- dijo sin poder evitar que su voz se iluminara con el hecho de tener un hijo.
-Ya veo, gracias por avisarme- contesto con una voz árida, similar a la de alguien siendo simplemente informado de un negocio.
Y eso fue todo lo que Mo obtendría de ese Alfa; poco después de decirle sobre su embarazo, el Omega no volvió a ser visitado por el hombre nuevamente, Mo no se deprime, simplemente continua su usual espera.
Una espera que nunca es recompensada. Pero aun así continúa con sus ojos color miel puestos en el pomo metálico de la puerta del departamento, ansiando ver cualquier movimiento;
Aun sabiendo que su paciencia no tiene caso.
Sus anhelos fueron pagados simplemente con una cuantiosa cantidad cada semana, asegurando que nada le faltara y pudiera tener un seguimiento médico con los mejores hospitales.
Su alfa continuo con su indiferencia, no deseando realmente ocuparse de un Omega embarazado, ni de un hijo, algo que no sabía, siendo ignorante de los propósitos del Alfa, ni de lo que realmente quiso con el Omega.
El pecado podría decirse, fue una extrema inocencia y el deseo de conservar el recuerdo de su familia.
Pero Mo, deseaba tantas cosas con desespero, culpa de una niñez sin el calor de sus padres.
La única alegría que encontró para consolar su corazón acongojado, era que ahora podía cantarle a alguien, a veces pasando horas después del alba, con una sonrisa y la mano sobre su vientre que comenzaba curvarse.
Mo intento recordar la primera y última canción que le canto su padre.
El edificio de apartamentos donde vivía Mo, era grande, rodeado por jardines bien cuidados a los costados, y tenía un buen sistema de seguridad al estar en un vecindario medianamente conocido.
El edificio solía siempre tener algún guardia en la sencilla puerta de cristal, y al entrar, se área recibido por una elegante recepción donde normalmente estaba alguien que registraba todas las entradas y salidas.
Suk Taeyang era un Beta a mediados de los cincuenta. Llevaba estando en la recepción de ese edificio cerca de tres años, y a pesar de su edad mantenía una salud excelente, como una memoria aun joven.
El viejo Beta conocía a cada inquilino como a sí mismo, siendo alguien que podía leer a la gente con pequeños detalles, algo que la experiencia en trabajos similares le dio. Por lo mismo, no le fue difícil saber de la situación de Mo, y un Alfa que parecía dejarle a su suerte; el hombre era alguien que odiaba meterse en asuntos ajenos, pero el cariño que le tomo al pequeño Omega, llevo a intervenir sin dudarlo.
-Pobre chico, tan joven y con tantas cosas...-comento Taeyang a un joven jardinero que entro a la recepción para platicar un poco y refrescarse del abrasador calor de verano.
- ¿No hay forma de ayudarle?- pregunto el otro realmente preocupado por el Omega.
-He llamado a alguien de gobierno...que creo se ocupan de estas cosas-agrego recargándose en la pulcra superficie de madera del recibidor-. Espero puedan hacer algo, el chico no quiere decir nada a nadie, no ha intentado pedir ayuda tampoco- niega con su cabeza.
A Taeyang el comportamiento ausente de Mo, solo le hacía aumentar sus preocupaciones por el bienestar del Omega, especialmente al notar que el joven estaba embarazado.
Esperaba que alguien pudiera ayudarle aunque sea un poco.
Mo se mantenía ocupado planeando las cosas que haría cuando su bebe naciera, pensando en cómo le alimentaria, o como la arrullaría hasta que el pequeño durmiera profundamente en las noches. El Omega se pasaba sus días entre revisiones médicas, y el cuidado de su dieta, algo muy importante para un Omega en su condición.
También no podía evitar imaginar, escenas donde su Alfa entraba por la puerta poniendo fin a sus constantes anhelos, y a su eterna espera, acabando con la espera de ver a su Alfa que día tras día, mantiene con sus grandes ojos en la entrada del apartamento.
En las noches se permitía recordar a sus padres, cantando en la oscuridad después de que el sol diera paso al cielo nocturno, muchas de esas melodías eran las canciones que su padre hizo para él, recordando la dulce voz de su madre, una gran cantante;
-Les extraño- susurraba normalmente sin darse cuenta de sus propias palabras.
El cielo en noches despejadas, se teñía con destellos lejanos de las estrellas, acompañado de canciones de cuna, de alguien que no quería darse cuenta del nudo en su garganta, ni de sus lágrimas que caían sobre sus manos en su vientre abultado.
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Muchas gracias por leer ^^
Me encantaria saber su opinión 😄
Mantengo los capítulos cortos para actualizar diario :)
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Lost Lullaby [Omegaverse] [Yaoi] [#PAAwards2017]
Romance[Historia chicoxchico, Yaoi] Min Mo un Omega que siempre pensó que tener un Alfa era lo más importante en su vida, eso le dijeron desde su niñez y al estar enlazado a uno pensó que había alcanzado su propósito en su vida; que solo le esperaría fe...