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Ayer me costó tanto dormirme... Sentía que todo estaba mal, que estaba sola en esto y que no quería hablar con  nadie. Esos eran sentimientos abstractos, pero lo que realmente sentía era una gran presión en mi pecho, poca fuerza para hablar,el latido agitado del corazón, un nudo en la garganta, y muchas,muchas ganas de llorar. Entre tanta abrumación, sentía que iba a hundirme en la cama hasta quedarme sin el poco aire que entraba en mis pulmones. Entre tanta desorientación, sentía que ninguna mano iba a poder guiarme en esto que me pasaba. Entre tanta, tanta bronca,sentía que apretar las sábanas hasta que los dedos se me acalambraran no me servía de nada. Entre tanta desolación, sentía que me faltabas vos, la única persona que me entendería, y a la que más herí.

Ahora cuento lo que me costó, específicamente ayer dormirme, pero esto es así todos los días. La culpa, la bronca, la tristeza, la soledad y la furia me acompañan en cada paso que doy, y cuando no los doy también. Y cuando respiro, y cuando no, y cuando me cuesta hacerlo, como ayer a la noche en mi cama. La única razón por la que inhalaba y exhalaba era porque se me aquebrantaba el aire en la garganta por la angustia que tenía. Quería ahogarme en un mar de lágrimas, en vez de mi cama,pero no podía. Es tan horrible aguantarse las ganas de llorar...Pero más lo es el hecho de que tu cuerpo no pueda reaccionar al pedido del corazón de hacerlo, porque está acostumbrado a guardarse todas sus penas y dolores. Llorar no es algo que suela hacer tan seguido, y menos en presencia de otras personas. Me hace sentir frágil y vulnerable, y esa no es la imagen que la gente tiene sobre mí, y tampoco la que yo tengo. Crecí con la idea de que ser fuerte es lo que está bien, y es aceptado. Pero a caso, ¿llorar está mal?¿te hace débil o te hace invensible? No sé en que te convierte,pero lo que sí sé es que es la mejor manera de descargarse, de aceptar el sufrimiento, de sentirlo a flor de piel, de liberar todo lo que tenés contenido en el pecho para sentirte mejor. Porque vamos a lo concreto, cuando uno llora no llora por una cosa sola, sino qu elo hace por una conjunción de sucesos que lo hicieron llegar a ese punto límite en el que uno ya no puede más. Y se desarma. Y se la juega por el dolor. Y siente de verdad. Y es honesto con uno mismo.Eso es llorar, enfrentarse al espejo, mirarse a los ojos y analizar qué es lo que siente de verdad.

Qué difícil que es para mí sentir sinceramente. Te dañé queriéndote, y eso es imperdonable. A caso, ¿te quería realmente? Quizás no te quería pero quería querer a alguien como te quise. Y apareciste vos, y todo cambio. Te elegí para depositar en vos tanto cariño que tenía acumulado. Pero te fallé, y la cagué, como siempre. Todo es mi culpa.

Cerraba los ojos con fuerza, y no podía consolidarel sueño. Lo hacía suavemente, tratando de relajar mi cuerpo, pero no había manera de dormirme. No podía. Mi cabeza no paraba de pensar, de analizar, de buscar una alternativa, de intentar encontrarle lo bueno a esto, de tratar de olvidarlo todo...

Olvidarlo... Como si fuera la única escapatoria, la mejor manera de salvarme de esto que me pasa, pero no lo es. Olvidar es como escapar, y si huís de algo algún día se cansará de perseguirte. O quizás no, y te persiga hasta la eternidad. Eso me preocupa: que nunca pueda liberarme de esto, que nunca lo pueda superar. Y sí, hablo en presente ahora, porque a pesar de haber podido dormirme anoche, nada de lo que me pasaba ayer cambió. Nada de nada. Todo sigue intacto, como si el sueño no haya podido organizar mis ideas como yo esperaba.

Es tan temprano, y lo que menos quiero es levantarme,pero lo hago por inercia, por costumbre, por resignación, por obligación, menos por deseo. Todo me da igual, pero lo único que me recuerda que nunca dejé de sentir es esta presión constante en el pecho que no me deja pensar en otra cosa que en todo lo que me pasa. Todo lo que sucede en mi corazón, metafórica y explícitamente hablando, también toma lugar en mi cabeza, que en cualquier momento va a estallar. Mis pies no saben donde pisar, no tienen seguridad alguna de que si el piso será seguro. ¡Qué desgradable que es nopoder confiar ni en el suelo que me debería sostener sin problemas!

Encima de todo, afuera llueve, hace frío y está nublado. No sólo siento que veo todo gris, sino que todo lo está literalmente. Me da todo igual, pero al mismo tiempo no puedo evitar que todo me afecte. Se me helan los huesos y no tengo ni fuerzas para caminar. Desde la cama siento que la puerta está a miles y miles de kilómetros, y que cada paso que doy es un metro más lejos del destino al que me dirijo.

Recién me acabo de dar cuenta de que ayer me dormí vestida con la ropa de todo el día. Estuve tan incómoda durante toda la noche... Qué imbécil que soy, nada hago bien para intentar sentirme mejor. Recién empecé a tener la noción de que tengo un cuerpo, por el frío que siento. Creo que hasta un zombie estaría más vivo que yo, que estoy tan muerta por dentro.

Como puedo voy al baño y me lavo la cara como todos los días, pero hoy es diferente. Intento hacer desaparecer bruscamente todo lo que me preocupa con agua fría en mi rostro, pero es imposible. Me maldigo por tomarme todo tan a pecho, y al mismo tiempo creo que no estoy tan errada en sentirlo como si me hubiesen pasado con un camión por encima. Todo es tan injusto, todo es una mierda. No consigo consolarme a mí misma, ni autoconvencerme, pero prosigo por cepillarme los dientes. Como todas las mañanas, pero esta vez es distinto. Mientras introduzco la pasta de menta en mi boca, se me ocurre tratar de levantar mi ánimo con un poco de música, pero ni siquiera eso quiero hacer. Tan sólo quiero silencio, porque con el murmullo constante de mi cabeza me alcanza yme sobra. Ya pienso en el sonido de una guitarra, una bateria o en lavoz de algún cantante y me enerva, auqnue debería sentir todo lo contrario, pero como dije, hoy todo está dado vuelta. Además, seguramente que todas las canciones me recordarán a mi sufrimiento. Las alegres, me rememorarán que no lo estoy, y las tristes me harán indentificarme.Quiero soledad, pero al mismo tiempo esa es una de las razones por las que estoy tan mal. Siento que no siento nada, pero siento todo al mismo tiempo. Tengo sentimientos encontrados, mientras que me desencuentro con ellos, que lograron juntarse para hacerme la existencia cada vez más y más difícil. Y acá estoy yo, sola, y acompañada por ellos. No sé si enojarme con ellos, conmigo, con todos los que me rodean, o todos los que no lo hacen. Escupo con bronca la espuma de mi boca, como si fuera de rabia, y me hago un buche de agua fría. El ardor en mi lengua por la menta sólo hace acentuar mi dificultad para respirar. Me miro al espejo, y veo la misma cara de momia de siempre, entonces desvío la mirada, porque eso sólo me recuerda de lo mal que me hace sentir esta situación de mierda. Qué estupida que soy, que pensé que se venía lo mejor. Me había olvidado lo estúpida que soy. Era obvio que a iba a cagar,como siempre hago con todo. Pero me ilusioné, como de costumbre, y creí que esta vez todo iba a estar bien.

Reviso mi celular, pero no recibí ningún mensaje de nadie. La soledad aumenta. A caso, ¿la soledad puede aumentar? ¿O ahora esto me recordó lo sola que estoy? ¿Me lo recordó? Si nunca lo olvidé... Bueno, ya fué todo. Me harté. Debo afrontar lo que me pasó, pasa y pasará. Tendría que dejar de sentir tanto, pero eso se me hace más imposible cada segundo que pasa que sigo viva. Má sadelate veré como terminar con tanto sufrimiento. Aunque tengo varias ideas, no pensé cuál puede ser la mejor para ponerle fin a todo este dolor. Ya lo intenté tantas veces y no pude conseguirlo,pero esta vez lo podré lograr.

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⏰ Última actualización: Jul 05, 2017 ⏰

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Sentir nunca másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora