La lluvia en el mundo de Eira es un mal presagio.
No podía diferenciar si era la lluvia mala o la lluvia buena. Lo había leído en un libro de su abuela pero no se acordaba.
Miró fuera como la lluvia caída suavemente. Esta tranquilidad era mucho más preocupante que lo que estaba pasando en la clase.
-Ee-i-ra- la profe la llamó.
Se giró para prestar atención a la profesora, algunos estudiantes la miraban y sonrió- Me llamo Eira (pronunciado i'ra)- la corrigió.
La clase permaneció en silencio por dos segundos, seguidamente empezaron a reírse. Sus risas estallaron en un horrible ritmo.
Se giró hacia su mejor amiga- Nunca pronuncia bien mi nombre.
Los ojos verdes de su amiga se achicaron en una sonrisa- Bueno nos hace reír a todos.
Eira la miró en shock-¿Incluso a ti, Jess?
Jess rió entre dientes- No puedo evitarlo.
Sonó la campana. Era el sonido más agradable que oía Eira, aunque fuese ruidoso y molesto.
Los estudiantes salieron despavoridos de la clase al pasillo, dejando a Jess y Eira solas en la clase.
Jess miró a Eira brevemente, su dulce sonrisa nunca dejaba su rostro, le dio golpecitos en el hombre- ¿Nos vemos mañana?
Eira sonrió- Nos vemos mañana.
Se separaron, Eira se dirigió hacia el jardín de las rosas que no tenía ninguna rosa, solo un manto fino de nieve.
Su pelo marrón quedó atrapado en su bufanda. Se lo ajustó y sacó el pelo para que volara libre en la fría brisa. Un mechón de pelo se cruzó por delante de su cara como una helada, y sus brillantes y estos ojos lo uniera perfectamente.
Ella era una belleza de hielo, como la gente solía llamarla, una elegante y atractiva chica.
Está orgullosa de sus rasgos, lo que le dio la etiqueta— orgullosa. Muchos chicos estaban colados por ella, pero ella no sabía nada. Incluso aunque es muy romántica, cuando el tema son los chicos,es muy negativa. Por eso ninguno tenía el coraje de declararse.
Vaho se escapó de su boca y con un abrir y cerrar de ojos desapareció cuando empezó a caminar hacia delante.
Eira estiró una de sus manos y la levantó lentamente, la cerró y la volvió a abrir como si de una flor en primavera se tratase. Cuando la abrió una fina línea de escarcha y copos de nieve salieron y helaron la lluvia que caía en ese momento.
Eira descubrió sus poderes cuando era pequeña. No fue un descubrimiento desastroso, donde congelo su casa entera o a ella misma, fue precioso y memorable.
Era de nuevo un día lluvioso, pero ese día la lluvia era buena.
Fue fuera y todos las gotas de lluvia que tocaba, se convertían en copos de nieve, visible para sus inocentes ojos.
Eira levantó la mano al cielo como si estuviese quitando un obstáculo del camino, la nieve volaba al rededor, gotas heladas y azules copos de nieve. La lluvia al rededor como si de fuegos artificiales se tratase.
A ella siempre le había gustado la lluvia, no fue hasta que descubrió que había una parte mala de la lluvia que empezó a odiarla.
Su sonrisa vaciló mientras continuaba su camino a casa.
Cada paso brillaba con una luz azul helada. Cada paso con un diferente patrón.
Alegremente bajaba la colina como siempre hacia de pequeña mientras se dirigía a su casa.
La chimenea soltaba un humo gris y Eira felizmente esperaba su casa calentita y acogedora.
La puerta se abrió mientras que entraba lentamente. El sonido familiar del Lago de los cisnes de Tchaikovsky sonaba por toda la casa.
Su sonrisa pronto se plantó en su cara. Su madre fue una bailarina de ballet, bailando como el cisne blanco, Odette, y a su misma vez el cisne negro, Odile.
Su madre solía contarle sobre esos tiempos, cuando sentía que volaba sobre el escenario,como si el mundo desapareciese, volando libremente como un cisne.
Todavía Eira pensaba,"¿No estaba arrepentida de haber perdido esa carrera? Donde una lesión la bajó del escenario como un desastre traumático"
Afortunadamente había conocido al padre de Eira en ese momento, cuando prometió que cuidaría de ella.
Se sintió torpe mientras se quitaba de encima la nieve, que al caer al suelo se derritió. Suspiró con alivio y se quitó la bufanda, la chaqueta y sus guantes.
Ensimismada en sus pensamientos, escuchó la canción casi llegaba a su fin. Cuando todos los violines tocaban, los timbales siendo golpeados fuertemente, cuando Von Rothbart advierte a Odette, forzándola a alejarse del príncipe.
Se imaginó a su madre, sus brazos volando en el aire como las alas de un cisne. El cisne tenía alas, pero no podía volar libremente.
Su madre salió de la cocina, interrumpiendo los pensamientos de Eira. Sus ojos brillaban al ver a Eira.
-Hola cariño- su madre la saludó y apagó la música.
Eira miró a su madre, con sus brillantes ojos- Hola mamá.
Cogió el baso con chocolate caliente de las manos de su madre y se sentó lentamente en el sofá. Y estaba en lo correcto, la chimenea estaba encendida y la madera chisporroteaba mientras sucumbía al fuego.
-¿Qué tal el colegio?- su madre preguntó y se sentó a su lado. Su pelo era ondulado, al contrario que su hija.
Eira respondió que fue bien y bebió del baso humeante.
Sentadas en un silencio cómodo, mientras miraban el chisporrotear del fuego, se sintió bien. Eira miró a su madre mientras le contaba lo que le había pasado en el colegio.
-La profesora- su madre se rió- ¿de nuevo?
Eira asintió y rió entre dientes antes de que su madre se levantase y se ofreció a llevar su baso a la cocina. Eira sonrió y subió las escaleras hacia su habitación. Estaba organizada y limpia, como su personalidad.
Se sentó en la linde de su cama y pensó en sus poderes que tanto adoraba. ¿Por qué tiene esos poderes? Chascó sus dedos y hielo salía de sus manos con un brillo azulado. Los copos de nieve flotaban hasta su nariz donde se derretían.
¿Y por qué tenía que mantenerlo en secreto? Ni sus padres sabían sobre ellos.
Eira frunció el ceño. Siempre había querido enseñárselos a la gente, al mundo, siempre se sintió como si hubiese algo frente a su pecho, bloqueando su manera de expresarse. Quería enseñarle a su amiga, Jess cuanto podía hacer.
Como Odette, tenía alas que podían ser simbolizadas como la libertad, pero no podía volar y estaba atrapada en el una hermosa criatura, incapaz de expresar como se siente o confesar su amor incondicional al príncipe, llevándola a la muerte.
Eira sabía de sus poderes desde joven y ella quería mostrárselo a todos en el colegio pero antes de que pudiera, su abuela la atrapó. Su abuela siempre le advertía del poder le daba una guía para que ella lo guardara, pero después de que su abuela se marchara, Eira se quedó sola para mantener su secreto.
La fría brisa sopló en la ventana que había olvidado cerrar. Miró tristemente sus pálidas manos y sonrió.
-Siento demasiado, ¿verdad?- dijo antes de seguir soñando con sus fantasías de invierno.
ESTÁS LEYENDO
Snowfire//Pausada
FantasyEira Riley tiene un secreto que guardar, aunque no quiera. Le encantan e incluso admira sus poderes de nieve y hielo... Cuando unas fuerzas oscuras entran en su mundo, es forzada a luchar contra ellas, pero nunca estuvo sola. ¿A que se enfrentará? ¿...