- - ¡Hey! ¡Despierta! ¡Vamos, no haces más que dormir!
Las palabras de Nyko y unos golpes en el hombro la hicieron volver en sí. Allí estaba otra vez el ser de ojos oscuros mirándola y haciendo ruidos. ¿Es que no podía dejarla tranquila? ¿Acaso no entendía que esos ruidos hacían que le doliese la cabeza?
- - ¿Piensas hablarme algún día? Empiezo a pensar que quizá tenía razón mi padre y debí haberte dejado ahí fuera tirada hasta que te fueses por tu propio pie. Dime al menos el móvil de algún familiar tuyo para avisarles de que te vengan a recoger – inquirió Nyko.
Vale, esa cosa acaba de emitir unos sonidos y ahora me está mirando fijamente, como esperando a que yo haga algo. ¿Qué se supone que debo hacer? Si él puede emitir sonidos, puede que yo también. Voy a probar – pensó ella.
- - Arrrrrrg – gruñó. Bien, lo conseguí, yo también puedo hacer sonidos.
- - ¿Arrrrrg? Vale, ya está bien. Esto no tiene ninguna gracia. ¿Quieres decirme de una vez qué coño te pasa? – gritó Nyko.
Me toca a mí. Esto es divertido, primero uno y luego otro. Así hasta que nos aburramos y él se marche de aquí, ¿no?
- - Errrg.
Aquella cosa la cogió por los hombros y la zarandeó fuertemente.
- - ¡Contéstame! ¿Cómo te llamas? – chilló – Espera, igual es que no eres de aquí y no me entiendes. What´s your name? Comment t’appelles-tu? Wie heißt du? Lo siento, no sé más idiomas.
Creo que quiere saber algo sobre mí, me está haciendo una pregunta. Pero no entiendo nada de lo que dice, intentaré imitar algo de lo que él dice.
- - Iromas – consiguió pronunciar.
- - ¿Iromas? ¿En serio? Nunca lo había oído. Supongo que vendrás de algún lugar lejos de aquí. ¿De dónde eres? – preguntó Nyko.
Durante la conversación, ella se había fijado en los gestos que hacía aquel ser mientras hablaba. Parecía que se acompañaba con ellos, que significaban algo, al igual que los sonidos que emitía. Aquello se estaba intentando comunicar con ella y su deber era responder. Como no conocía aquellos sonidos y no sabía su significado, intentó expresar lo que estaba pensando con su cuerpo, haciendo los gestos que esa cosa hacía. Tenía que hacerle entender que no comprendía lo que él estaba intentando decirle.
Encogió los hombros y negó con la cabeza. Seguidamente, lo señaló, emitió unos sonidos y volvió a negar.
- - Espera…me estás diciendo que no entiendes nada, ¿verdad? Y además, por lo que veo tampoco sabes hablar. Oh Dios mío…has debido de sufrir un accidente muy grave.
Nyko llegó a la conclusión de que lo único que podía hacer era comunicarse mediante signos o gestos con ella. Quería saber si ella podía recordar algo antes del supuesto accidente.
- - ¿Quiénes son tus padres? – preguntó, mientras intentaba explicárselo con mímica.
A duras pena consiguió entender que le estaba preguntando de dónde había salido ella. Al parecer, dos seres se unieron y del cuerpo de uno de ellos salió ella. Él quería saber quiénes eran esos seres, pero ella no recordaba nada, ni siquiera sabía que ella misma era fruto de esa unión. Lo primero que recordaba era una esfera muy brillante que la deslumbraba, nada más.
Así que repitió el gesto que había hecho hacía unos minutos: se encogió de hombros y negó con la cabeza.
- - Genial, no recuerdas nada. Es más grave de lo que pensé, te llevaré al hospital para que vean qué te pasa. Espera aquí, voy a coger algunas cosas y enseguida salimos.
Nyko salió de la habitación y ella se volvió a quedar sola sin saber qué hacer. Los últimos minutos habían sido demasiado raros para ella. Necesitaba asimilar todo lo que había pasado, demasiada información en muy poco tiempo.
Decidió intentar fijar en su mente los gestos y algunos de los sonidos que aquel ser había hecho. Si quería comunicarse con él necesitaba poner de su parte.
Quería que volviese, quería verlo de nuevo y que le explicase todo. Que le explicase qué era aquel vacío que había en sus recuerdos. Si era capaz de hacer gestos y emitir sonidos con significado seguro que sería lo suficientemente listo como para resolverle todas las dudas que tenía.
Sin embargo, se dio cuenta de que solo podía esperar a que él se dignase a volver. Eso si es que ella no lo había asustado como para dejarla allí para siempre.
Memorizó cada objeto de la habitación con el objetivo de familiarizarse con todo lo que le rodeaba. De pronto, escuchó la voz a lo lejos del ser de los ojos oscuros.
- - …nada. Solo sabe cómo se llama. Iromas, creo que me ha dicho.
- - Ten cuidado Nyko. Tal y como están las cosas últimamente, no me extrañaría que fuese una impostora que intenta ganarse tu confianza haciéndose la indefensa para luego engañarte y robarte – dijo su padre.
No pudo evitar que se le escapase un gritito cuando escuchó aquella otra voz más grave. Esa voz no era la del ser que ella conocía, por lo que su lógica le dijo que era otro parecido el que emitía esos sonidos. Ya no eran solo ella y el de los ojos oscuros. No, existía otro más. Y si ya conocía a tres, ¿por qué no podría haber más? ¿Estaría rodeada de varios como ella? ¿Se comunicarían todos entre sí? Sería fantástico.
Aunque las dudas sobre ella misma le seguían asaltando, aquel nuevo mundo que había conocido le empezaba a gustar. Ya se sentía una más.
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Strangers
Science FictionNo sé quién soy. No sé cómo he llegado hasta aquí. No sé cuál es mi destino. Lo único que sé es que puedo pensar.