"Entre las sábanas del Jardín" (Part II)

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Aquella mañana frágil desperté,
con un suspiro y tanta sed, sólo quise
recordar otra vez aquellos dulces labios llenos de miel que tan solo con una sonrisa me arrancaban la piel.

A diestra y siniestra de las sábanas, jamás me sentí tan amado. ¡Oh sus besos de caramelo! Me conducen lentamente a un entre vuelo, puedo recordar como si fuera ayer, su mirada congelada atrapando mí ser.

¿Cómo puedo entrar en los bellos ríos verdes de tus ojos? Tan sólo quisiera un poco de tu hermosa agua cristalina para poder regar las llanuras de mi jardín. ¿Cómo recorrerlos hacia aquel riachuelo caudaloso? ¿Cómo embriagarme en las aguas profundas de tu manantial hasta ahogarme y quedar hecho glacial?

Mi bello ruiseñor de ojos pastizales que con tan solo una mirada me ahoga en sus valles, un poco de miel deseosa y fogosa que alborota mi sangre, navegaba en los aires disfrutando cada instante, cada latido me condenaba a la desolada sentencia de Cupido.

Caía fuego del cielo, la luna nos miraba y los astros nos cantaban, de golpe se consumía la noche, ya pasaban las doce y sus cuerpos atormentados solo buscaban reproche, entre rose y rose se acortaba la noche, depronto se colgó de mi cuello y admiró mi sonrisa, con un beso y tanta risa, lo perdí de deprisa.

De pronto lo callo a besos, no había receso, sus labios no se separaban y las sábanas de aquel jardín nos atrapaban, como rehenes, como verdaderos amantes, conducíamos una colmena, sentenciamos nuestra condena a tan sólo dos noches.

A diestra y siniestra de las sábanas, su boca humedecí con mis labios, tan sólo a centímetros de un engaño, ¿Cómo tenerlo para siempre, si dentro de su mente sólo soy un recuerdo inconsciente?

Prendí fuego a las sábanas, bajo un ritual de amor, sus cuerpos se devoraron de una oscura pasión, bajo el seno de la Diosa Venus, el incienso preponderante guiaba su cuerpo agonizante. ¿Oh amado que me habéis hecho? Habéis jugado con mi flojo corazón, como si de tratar fuese un parque de diversión.

Una vez más en los jardínes me oculté, sólo desde allí podía recordar aquella vez, su mirada capturé por última ocasión, se marchaba junto a él, trayendo a mi jardín la quebrante desolación, enterrando a mi amor con cada latido, tratando de olvidar todo lo que había sentido.

Las enredaderas ataron mi corazón a aquel jardín, de donde desde lejos te veo ser felíz.

"Cementerio De Flores" (Poem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora