Capitulo 2

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Lina se encontraba viendo una película junto a su madre en la sala principal de su casa.

Era ya el medio día y pronto almorzarían.

El timbre de su casa se escucho en toda la sala y su madre puso pausa a la película y se levantó del sofá.

Al abrir la puerta un señor se encontraba parado junto a un pequeño niño.

- Mami.- Gritó su hermano y estiró los brazos para que lo cargara, su madre lo tomó y se despidió del señor que era el chofer del autobús del kinder garden en dónde estaba su hermano menor.

- ¿Como te ha ido hoy?.- Preguntó su madre sentándose de nuevo en el sofá.

- De lo mejor, yo y Derek jugamos con nuestros carros.

-Amor se dice la persona primero y luego te nombras a ti- Respondió su madre.

- Es lo mismo.- bufó.

Su madre solo negó con la cabeza y rió.

Diego se revolvió entre los brazos de su madre para que lo soltara, está al comprender lo hizo y Diego gateó por el sillón hasta llegar donde su hermana.

Le dió un beso sonoro en la mejilla y la abrazó.

- Hoy no te he visto en el desayuno.- Comentó Lina aún abrazando a su hermano.

- Es porque papá me llevó temprano para que pudiera jugar con Derek.

- Oh.- Dijo y deshizo el abrazo.

- Iré a mi habitación.- Anunció el pequeño y salió corriendo escaleras arriba.

Lina rió y su madre le puso play a la película.

Por la tarde, la mejor amiga de Lina, Stephanie le habia mandado un mensaje diciendole que iria a vistarla.

A las 5:00pm Stephanie habia llegado a la casa de Lina.

Stephanie tenía el cabello dorado que caía por su espalda como una cascada, sus ojos eran azul esmeralda, la nariz comenzaba fina para luego terminar un poco respingona y en sus mejillas se le notaban algunas pecas.

Lina sabía que su mejor amiga era hermosa.

-¡Hola Lina! ¡Tiempo sin verte!.- Saludó la muchacha.

-Stephanie ¿Como has estado?.- Respondió Lina.

-Bien, muy bien, pero hablemos de ti, ¿Como estás? ¿Que has hecho?.

-Pues bien, en realidad no mucho, sabes que esto de ser parapléjica no es muy divertido que digamos.- Anunció Lina con cara triste.

-Oh, eso ya lo se, pero vamos Lina, no seas tan aburrida.- Contestó su mejor amiga.

Ambas chicas pasaron toda la tarde y parte de la noche hablando de todo, especialmente Stephanie que tenía una vida muy entretenida y a Lina le parecía increíble escuchar todas sus historias y locuras.

A las 8:00pm, la muchacha de cabellos lisos dorados cruzó la calle hasta su casa. Pues si, Lina y Stephanie eran vecinas desde hace tiempo ya.

***

Era un nuevo día, pero Lina seguía con esa sonrisa triste que le caracterizaba. Hizo la rutina de siempre, llamó a su mama cuando se despertó, esta le ayudo a ducharse, luego a vestirse y por último ambas de dirigieron hasta la cocina para tomar el desayuno.

Al llegar, su padre se encontraba sentado junto a la mesa leyendo el periódico y al percatarse que su esposa e hija entraron sonrió y se levantó de su asiento.

- Hola Lina.- Dijo y acto seguido le dió un beso en la frente.

- Hola papi.- Respondió como una niña pequeña.

Su padre dio un casto beso en los labios de su madre.

Diego quien también se encontraba allí al ver ese gesto hizo una mueca de disgusto y luego todos rieron.

- Papi, vámonos ya, no quiero llegar tarde.- Demandó el pequeño.

- Esta Bien, esta bien.- Luego recogió su maletín y los dos salieron de casa.

- Lina, hoy sí tengo que ir a trabajar, en la nevera hay panquecas, saluda a Luisa de mi parte, te quiero.- Le dió un beso en la mejilla y al igual que su padre y su hermano tomó sus pertenencias y salió.

Luisa era la mujer que se ocupaba de mantener la casa limpia mientras su madre y su padre trabajaban.

El padre de Lina, Greg, llegó temprano a casa, cosa que a Lina le habia sorprendido un poco ya que nunca lo dejaban salir antes de su trabajo.

Su madre en cambio siempre llegaba de su trabajo a una hora justa.

Llego la hora del almuerzo, y por primera vez en mucho tiempo se sentaron padre, madre y sus dos hijos a comer. La madre de Lina habia preparado pasticho, el cual a la muchacha con rizos castaños le encantaba. Después que todos terminaron de comer, quedaron muy sastifechos, se dirigieron hacer lo que habitualmete hacían, ver una pelicula en la sala donde se encotraba un televisor gigante. En medio de la película Lina tenía un poco de sueño lo que le dijo a su madre para que la llevara a su cuarto.

Diego entró emocionado a la habitación de Lina sin preocuparse de que esta estuviera dormida.

-¡Hermanita linda!.- Dijo moviéndola.

La castaña abrió los ojos con pesadez.

-¿Que quieres Diego?- dijo con la voz adormilada.

-¿Puedes porfis, porfis acompañarme a mi y a mama al parque?

-Ya te he dicho miles de veces que es primero la persona y luego te nombras a tí.- Contestó la muchacha desordenando el cabello del pequeño.

Diego sólo bufó y Lina suspiró.

- Esta bien, los acompañaré.- Dijo no muy convencida.

Llegaron al parque y Lina veia jugar a Diego con otros niños divirtiéndose mucho y su mama estaba pendiente de el, como cualquier madre.

Lina seguía entretenida viendo a su hermano muy feliz cuando de repente sus ojos se desviaron hacia una cancha de basquet que quedaba justo al frente de donde se encontraba su hermano. Pero exactamente sus ojos captaron a un muchacho, algo musculoso, piel morena y cabello oscuro, y la sonrisa mas linda que Lina nunca habia visto jamas.

Lina miraba unas cuantas veces a la cancha y especificamente al muchacho, estaba embelesada con él, pero su madre dijo que ya era tarde y que se irían a la casa.

Lina ya se encontraba en su cama y pensó en aquel muchacho atractivo y sonrió un poco para si misma recordando lo apuesto que era.

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⏰ Última actualización: Mar 08, 2014 ⏰

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