A él le encantaba la poesía, cada noche escribía poemas escuchando jazz y blues.
Su musa era la luna, su luna favorita era la silueta de una mujer, porque como toda luna permanece alumbrando por las noches pero por los días se alejaba.
Él muy triste se ponía, sin embargo le escribía, cuando ella regresaba, él le leía sus poesías.
El bailaba con su sombra, que la luz proyectaba, porque ciego estaba, de amor suspiraba, mientras le dedicaba un poema con el que la acortejaba, a nadie más amaba de esa manera, si tan solo supiera ...
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Poesia Bastarda
PoetryNo todas las chicas están hechas de azúcar, especias y delicadeza, algunas estamos hechas de vino, cigarros y nostalgia...