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Iba de camino a casa, después de una reunión con Sara, Tristán y Julián, amigos de la Universidad y confidentes. Por cierto, no tengo ninguna gota de alcohol porque no tengo conductor asignado sino, sería lo contrario. Un ritmo pegaso empezó a sonar por la radio y no quería perderme la opción de cantarla con sentimiento.

Despacito,quiero respirar tu cuello despacito,deja que te diga cosas al oido, para que te acuerdes si no estás conmigo...

Iba golpeando el volante al ritmo de la canción, pero de improvisto apreté con fuerzas el freno. No había ningún coche alrededor de mi, solo el semáforo en rojo, mi auto y un lobo que estaba sufriendo. El miedo invadió mi cuerpo, ahora mis manos se aferraron al volante, una mano azotó contra el cofre de esté, haciéndome sobresaltar con el mínimo ruido. Ahora la otra mano se posó de igual manera, él sujeto se levantó del suelo desnudo, sus ojos de color azabache me estremecían por la intensidad que llegaba a los míos, causandome miedo pero a la vez curiosidad. Tengo ese don de meterme en donde no me llaman, por eso estudió periodismo. No aparté mi mirada hasta desvanecerse por los árboles del parque público, un suspiro se adueñó de mí y me recargue en el asiento  del piloto para tranquilizarme. Nunca habia visto aquella criatura, se supone que aparecen en cada luna llena y matan a todo lo que está a su alcance. Pero al parecer no está la luna redonda como aquella canción que tiene ser como una pelotota que alumbra el callejón, tengo que decirle a mi familia, para tomar precaución.

✖✖✖

—¡Papaaá!— abrí la puerta, pero no había rastro de él —¡Daniel, Javier!—como mi padre no contestaba, tendría otra opción que eran mis hermanos. Llegué a la sala pero nada, di media vuelta para dirigirme a mi habitación y descansar para la escuela. Pero me encontré a aquél hombre que se transformó enfrente de mí, pero ahora llevaba ropa.—¡Papaaaá!— grité de nuevo pero no tuve respuesta, busque algo en la mesa de centro como un florero o algo más pesado para aventarselo. Como se le ocurre venir a mi casa, es un imbécil si quiere atacar a mi familia. Mi padre apareció atrás de este, no se inmutó, como si supiera que no le haría daño.

—Chris— tomo el hombro del chico—Lleva a mi hija a su cuarto—

¿¡Qué!? Negué y empecé a correr por la sala antes de me atrapé pero el lugar era bastante pequeño y él sujeto llamado Chris me tomo desprevenida, sus brazos rodearon los míos y me cargó como si fuera muy liviana para él. Traté de patalear pero fue inútil, pasamos por un costado de mí padre, en donde su mirada estaba agachada.
Subió por las escaleras de madera que rechinan, necesitamos cambiarlas, llegó al primer piso y camino hasta llegar a la puerta de color blanca —claro que todas son de ese color pero en la mía tenía mi nombre con letra cursiva— abrió la puerta y siguió el camino hasta aventarme a la cama, sin delicadeza. Ésto sería una aventura entre Chris y yo para luchar quien seria el ganador para quitar la ropa de la otra persona pero ahora ese imagen es una ilusión.

El relució sus dientes por disfrutar verme en esta posición, pero sin antes de enfrentarme en una lucha de quién es más inteligente. Me acerque a la orilla de la cama para bajar de ella y correr hacia el lobito, pero su rapidez fue su aliada y me cerró la puerta en la cara.

—¡Dejame salir de mi cuarto!

Mis puños empezaron a luchar con la puerta de madera, espero ganar en este round.

—¡Agh!¡Te vas a arrepentir de haberte metido con una Rodríguez!— descansé mis puños, saqué mi celular del bolsillo de mi pantalón para llamar a Sara, necesitaba hablar con ella—¡Sara! Al fin contestas—

¿Qué sucede Adela? No me espantes
—No te pongas de esa manera, estoy secuestrada en mi propio cuarto
¿¡Cómo!?¿Estás loca? Recuerda que comer bombones no es lo mejor.Bastante dulce para tí
—Mi papá le pidió a un grandulon llevarme a mi habitación y no, no es lo que piensas con tu mente asquerosa.
Entonces no veo el problema, respira profundo y tomate un tequila a mi salud, tengo​ que irme.
—¿Sara?— un bip se escuchó al otro lado de la bocina, me dejó colgada—Eres una gran amiga— aventé mi celular al escritorio. Me cruce de brazos, necesitó salir de esta prisión para hablar con mi papá del porque de su repentino corportamiento hacia su hija, caminé en círculos pensando para salir de este lugar; la ventana no era mi salvación porqué no hay árboles cerca ni arbustos así que si quiero morir esa sería una opción viable.

La puerta se abrió y terminé de dar muchas vueltas, pero no era Chris sino un chico con una camiseta de color vino y piel bronceada.

—Ad... Señorita Rodríguez, su padre la espera en la sala de juntas.

¿Señorita?¿Acaso me vió vestida como aquellas que usan traje? Aún no es mi momento para llegar a esa posición.

—Llamame Adela—dije pasando a un lado de este sujeto, mis botas sonaron por las escaleras, el dichoso cuarto estaba al fondo de la planta baja y era mi sorpresa que en lugar de que sea un lobito en casa, aparecieron más, incluyendo a mi familia.
—Hija, te debo una explicación
—¡La pequeña Adelita!—un hombre calvo de estatura mediana apareció a la vista y apretó mis mejillas—Creo que no me recuerdas, soy tu tío favorito, Tiago—
—Tiago, ella no te recuerda
—Es una pena, yo siempre te traía regalos hermosos desde Portugal
— Hija mía— mi papá se acercó para tomar mi mano—Es tiempo de que sepas la verdad, todos somos licántropos, tus hermanos y yo lo somos. Soy el Alfa de la Manada Latina en donde somos el mayor dominante de Sudamérica y ahora, estamos por la conquista de Norteamérica con la ayuda de los Portugueses y Españoles para crecer aún más nuestras manadas. Estar preparados para las siguientes amenazas—
—Pe..ro ¿Daniel y Javier cómo se convirtieron y yo porque soy humana?— me solté de las manos de mi padre, tomé asiento en la silla blanca que estaba a mi alcance.
—Niña, tenemos reglas, los hombres de familia nacen siendo licántropos, aquellos son de sangre real y si queremos convertir a aquellos que son potenciales para nuestra Manada, simplemente lo hacemos. A cambio de las mujeres, las dejamos ser como son, simples humanas que cuidan a nuestros hijos para estar preparados— dijo otro sujeto que no era Tiago, su pelo era bastante canoso y su actitud ni hablar.
—Fernando, cuida tu lenguaje que mi hija está presente— mi padre señaló al tal licántropo—Hace tiempo, mis descendientes eran de Tecate y los de tu madre, de Texas antes de ser territorio estadounidense. Y tu mamá era una mujer licántropo pero en tú caso, no sabemos el porque no eres una de nosotros—

Momentos históricos que nunca quise investigar hasta hoy, llevaré mi nacionalidad con orgullo, ya sé porque nos fuimos de Tecate con urgencia para llegar a Boston.

—Gracias padre pero prefiero ser una chica normal con problemas universitarios, si tengo pretendientes u otras cosas, pero ahora no me interesa entrar a su organización— el tal Chris camino hacia mi dirección.
—Aunque seas​ la hija de mi Alfa no tienes derecho de hablarle así
—Tranquilo lobito—al decirle de esa manera se enojó aún más y fastidiarlo me esta gustando—Como te dije, no te metas conmigo, aunque me veas indefensa, se como protegerme— le dí unas leves palmaditas en su mejilla y gruñó para espantarme.
—Señor, buscan a su hija— llegó de nuevo el sujeto que fue a buscarme a mi habitación.
—¿Quién?— dijo con furia en su voz, podía ver como el color rojizo se hacía visible en sus mejillas.
—Un tal Julián

✖✖✖

Antes de que mi padre se convirtiera enfrente de mí, salí de esa junta para reunirme con mi amigo. Estaba observando las pinturas y algunas fotografías familiares.

—¿Qué haces?— dije haciéndole sobresaltar y dar media vuelta.
—Observando las obras de arte de tu familia, son muy bonitas
—Gracias, tenemos un gusto fascinante pero ¿Tus intenciones Julián?
—De acuerdo, vine a verte para saber si llegaste con bien
—Pues mírame, estoy vivita
—Ya veo...— suspiró—¿Quienes son esos sujetos?¿Tus guardaespaldas?— señaló atrás de mi, voltee para ver quienes eran. Chris y el chico de camiseta color vino.
—No, son amigos de mis hermanos, se perdieron y no saben hablar español
—Ade...la, tengo que irme, mañana hay que llegar temprano para hacer la redacción de la investigación de que estamos trabajando para nuestra tésis
—Claro Julián— lo acompañe a la puerta—Y vete con cuidado—
—Siempre lo hago hermosa.

Me dió un beso en la mejilla y salió de mi casa, esperé algunos minutos para subir a su auto y salir de la propiedad Rodríguez.

Luchar por SobrevivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora