Capítulo 24: Duele, Zel

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(Blanca)

Tenía tantas cosas a hacer que muy pronto llegaron las fiestas de Navidad.
Me gustaría poderlas celebrar junto a mi Padre, Madre y hermana. Aunque después de todo ya no lo veo posible.
No volví al grupo de gimnásia y me apunté a otro. Allí hice a unas amigas muy pero que muy buenas.
Allí todas eran excelentes en lo que hacían. Carmen me enseñó unos trucos buenísimos.
Menos esa tarde.....

Salí del club con Laurel, una muy buena miga del nuevo club y nos encontramos a Zel una ex-compañera del antiguo club. Me paró y me empezó a decir cosas....

- Ey, ey, ey... ¿A dónde te cres que vas? (Me dijo de malas formas)
- No te interesa a dónde voy, así que te apartas. (Le dije yo desafiante)
- ¡Nos dejaste plantadas! ¿Lo sabes verdad, o ya no lo recuerdas? No sabes la cantidad de cosas que nos debes....
- ¡Eh! ¡Para el carro niña! ¿Te piensas que eres la reina, o qué? (Dijo Laurel para protegerme)
- ¿Y tu de qué vas? ¿Es que ella no sabe hablar solita, o qué? (Contestó Zel muy mal)
- ¿Te piensas que eres guay? Porqué no lo eres. Vestida así no lo creo....
- Niñita estúpida, cállate.
- ¿No me llames niñita vale? Y.... hazme el favor de quitar tu mano encima de mí. Gracias.

Laurel me cogió del hombro y salimos de esa situación.

- Blan, ¿estás bien? (Me preguntó Laurel cariñosamente)

No sabía qué contestar. Y empecé a llorar.

- Blan, no llores porfa. No me gusta las personas tristes. ¡Y menos tu! (Me dijo)
- Gracias..... p-p-por defenderme. (Dije entre lágrimas.)
- Por eso existen las amigas, vale.

Paré de llorar y Laur me llevó a hacer un helado.
Cuando terminamos de comérnoslo me acompañó a casa. Me dijo adiós con la mano. Y.... Antes de cerrar la puerta oí a Laurel gritar. Fuí corriendo.
La vi, estaba estirada en el suelo. Tenía un corte profundo en el brazo.

- Z-Z-Zel. Zel me ha hecho esto. (Me dijo Laur forzadamente)

Grité a Mamá para que llevara a Laurel al hospital. Mientras yo tenía un asunto pendiente. Arreglar fracciones con Zel.
Al pensarlo me dio miedo y escalofrios.
Nada podía cambiar en ese momento,¿ verdad?

Pero en cualquier caso fui al club y hablé con Zel y la entrenadora.
Cogí el bus y llegué a mi destino.
Entré y tod@s me miraban raro. Cómo si fuera de otro mundo, una sensación que no había sentido nunca antes. Una cosa fantasmagórica.

Llamé a la entrenadora y a Zel. Fuimos a su despacho y hablamos.....

Ella y Blanca (1a parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora