3. Soy Akiko Hoshi.

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El sol ya se había ocultado, el chico ya se había ido a la cama, mientras la mujer se encontraba en el laboratorio observando unos planos. No supo en qué momento, comenzó a tener la curiosidad de ver a aquella chica. Sin resistirme más, ordenó sus cosas y fue hasta la habitación. Encontró la puerta abierta a un cuarto vacío. Sus ojos se abrieron grandemente. ¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado? Sus nervios estaban a tope. ¿Qué debía hacer? Rápidamente se dirigió al cuarto de su hijo, llamando a la puerta con desesperación.

—Trunks, Trunks —Esta se abrió, dando paso a aquel chico.

—¿Qué sucede? —Dijo teniendo su espada en la mano.

—No está, fui a verla y no está —El saiyajin apretó los dientes.

—Quédate aquí y no abras, la buscaré. No debe estar lejos —Dicho eso, comenzó su búsqueda en su casa, intentando seguir sus instintos.

Si acaba de despertar, lo primero que buscará es algo para comer.

Instantáneamente, recorrió el pasillo y entro en la cocina, encontrando a una joven albina dándole la espalda al estar rebuscando en la alacena. Sujetó fuertemente su espada aún en su funda. A decir verdad, se veía mucho mejor que antes, aun así, podía ver que aun tenía dolor, pues su cuerpo parecía temblar y le pareció escucharla quejarse. De pronto la chica se volvió, le miró sorprendida.

—¿Co-Como te sientes? —Titubeo con temor. La chica se limitó a mirarle un tanto curiosa e intranquila, además de temerosa— ¿Te duele algo? —Su mirada bajó hasta sus manos, en aquella que tenía el brazalete se encontraba un cuchillo muy filoso y algo grande, mientras que la otra tenía una lata de conservas.

—¡Ah! —Gritó la chica a punto de salir por la ventana apenas abierta, pero el dolor se lo impidió— Maldición —La escuchó gruñir por lo bajo, se giró y le apuntó con el cuchillo— ¿Quién eres tú? —Preguntó muy alterada— ¿Cómo llegué aquí? ¿Qué es lo que pretendes conmigo?

—Descuida, no voy a hacerte daño —Soltó su espada y levantó ambas manos en señal de paz—. Me llamo Trunks, hace un día te encontré en una nave, estabas herida y te traje aquí para que te curaras.

Mi nave. –Pensó la chica recordándolo todo de golpe.

A pesar de haber recorrido casi toda la galaxia, aquellos sujetos no se habían detenido en su misión de seguirla y matarla.

¡Demonios! Exclamó al ver las ráfagas de balas que ya estaban dañando la estructura de la nave ¡Demonios! Volvió a gritar cuando el combustible se encontraba a su nivel más bajo debido a una fuga en el tanque ¡Demonios! Gritó por tercera vez cuando comenzó a perder el control de la nave justo antes de llegar al sistema solar. El piloto automático marcó rumbo al único planeta habitable del sistema.

¡No tienes escapatoria! ¡Eres una cobarde!

¡El rey nos mandó a liquidarte! ¡No te hagas la difícil!

¡Ya no tienes nada que perder!

Gritos y más gritos hacia ella que la hacían sentirse fatal. Con furia apagó el comunicador. Las lágrimas aparecieron en sus ojos. Su mano derecha se encontraba en su abdomen, mientras que la otra se aferró al teclado de mando. La nave cayó.

Se petrificó al recordar a aquel chico que le había ayudado. Lo habían logrado. En verdad era libre. Estaba fuera de esa horrible prisión y ese planeta. Lo lograron. No estaba soñando, ¿cierto? Todo era real, ¿verdad? Meneó la cabeza. No quería verse despertando de ese sueño y encontrarse encerrada de nuevo. Ya tenía suficiente de eso. Miró el brazalete en su mano. Aun no era libre, no del todo. Levantó la mirada al joven frente a ella. Tenía un aspecto extraño, parecía uno de su propia raza; sin embargo...

Guerreros De La Esperanza [Fanfic DBZ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora