2. Incertidumbre.

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Anteriormente no le había puesto demasiada atención hasta ese momento en que pudo verla bien y con relativa calma. Aparentaba ser unos años menor que él, quizá tendría unos 17 o 18, tenía en cabello blanco, lacio y aparentemente era bastante largo, quizá le llegaba hasta la cintura o poco más, su piel era de un color durazno claro. Portaba algo que tenía pinta de ser la ropa de un prisionero, pues portaba una playera y un pantalón gris sencillos, además de un llamativo brazalete en la mano derecha con un pequeño foco rojo que no dejaba de parpadear. La chica tenía una gran herida en su costado derecho, así como otras pequeñas en el rostro, en sus manos y su ropa, tal parecía que había tenido una pelea recientemente. Ese detalle hizo que le recorriera un escalofrío por la espalda.

¿Qué será lo que habrá pasado? ¿Por qué peleaban y quienes eran? –Se cuestionó temeroso. Al instante su madre apareció por la puerta detrás de él.

—El médico ya viene —Habló la peliazul. Él asintió y señaló a la chica.

—Ella es la chica de la que te hablé.

—¿Qué fue lo que pasó?

—No lo sé, cuando llegué su nave explotó y luego hubo una pelea y solo ella sobrevivió.

—¿Crees que sea peligrosa? —Se alzó de hombros.

—No lo sé. Pero debemos tener cuidado.

Al poco tiempo el médico llegó y entró a la habitación para revisar a la joven, la cual seguía inconsciente. Ambos esperaron en la puerta de la habitación, pues se encontraban nerviosos debido a la misteriosa chica que recién había llegado a sus vidas. A los pocos minutos el doctor sale de la recamara.

—¿Qué sucedió, doctor? —Preguntó la mujer.

—No es nada grave, le aseguro que despertará en unos días.

—¿Tiene muchas heridas? —Se adelantó el peli-lila.

—Hum... solo tiene unos leves golpes y una que otra pequeña herida, además de que se fracturó las costillas y tiene una quemadura de primer grado, pero no es nada grave, se curará dentro de unas semanas. Necesita de reposo absoluto, les dejaré algunos medicamentos para el dolor. Bueno, es todo lo que tengo que decir. Con su permiso, me retiro.

—Trunks, acompaña al doctor a la puerta —Dijo pensativa, casi parecía sumida en sus pensamientos.

El chico asintió e hizo lo indicado. Cerró la puerta e inmediatamente volvió con su madre, quien había entrado en la habitación de la muchacha que seguía dormida en la cama; sin embargo, esta vez tenía una gasa en la mejilla, además de otras más alrededor del cuerpo. Su madre se encontraba sentada a la orilla de la cama, observando a la fémina. Aceró su mano acariciando su mejilla con los nudillos, el muchacho sentía los nervios a tope. Se acercó y sujetó el hombro de su madre.

—No creo que debas hacer eso —Cuestionó.

—Es muy linda —Le miró—, ¿No lo crees, Trunks?

No se lo había preguntado antes. Dirigió sus ojos azules a la doncella en la cama, mirando su piel sucia y su muy notable cabello blanco, no pudo evitar el hecho de reparar en lo que había visto hacia unas cuantas horas. A pesar de su inocente apariencia, regresó el recuerdo de aquella batalla que había presenciado, así como a todos esos hombres muertos en un instante. Apretó sus puños. Meneó la cabeza suspirando.

—Considero que no deberíamos juzgarla en base a eso —Su madre le miró extrañada—. No sé con exactitud lo que pasó, pero... ella fue la única que sobrevivió a todo eso. Por el momento tendrá que pasar la noche aquí, pero en cuanto despierte y se recupere... —Se detuvo antes de decir más— hablaré con ella de lo sucedido... —Miró el reloj en la pared—. Vamos a dormir, ya es tarde.

Guerreros De La Esperanza [Fanfic DBZ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora