Pecado 2. La Avaricia

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En el aeropuerto de Dallas, _______ cargaba con el transportín de su gato, Aquiles.

Freddy los registraba a ambos mientras ella tocaba al gatito a través de los barrotes de la jaula. Fue una suerte que Freddy quiso traerlo, porque no soportaba a los animales. Decia que eran una pérdida de tiempo.

-El jet nos espera -dijo tomando ambas maletas sin mirarla.

-Espera... ¿Un jet? -sonrió ilusionada a pesar que ese hombre la habia hecho sufrir tanto anoche.

Asintió sin verla. Amargado, dijo por lo bajo pero no fue suficiente porque él se detuvo y la miro con ojos asesinos.

-Te he dicho que me respetas -masculló.

Ella bajo la mirada arrepentida y siguieron caminando. Así de rápido salieron a pista para luego entrar en el jet privado.

-Oh -sonrió suavemente al entrar y ver tanto lujo-. Es muy bonito.

-Es mió, claro que tendria que ser bonito.

La azafata los recibió sonriente dándoles chicles para el despegue. Ella tomó todas las gomas de mascar que pudo y sonrió cuando miró que le daban una pastilla de dormir a Aquiles.

-¿Siempre te han tratado así?

Freddy frunció el ceño bastante confundido por la pregunta y asintió lentamente. Pensó en que tal vez a ella nunca la habian tratado bien por que era hija del maltrato. Según Alexia su hija no era planeada, así que nunca la quiso, y su padre aún menos, por eso se largó... Así que el dia de hoy podria confirmar que nadie la trataba bien y él no estaba dispuesto a ser el primero.

-Sientate y abróchate el cinturón.

Ella lo hizo suspirando de placer ante la comodidad del asiento. Cerró los ojos y acurrucándose antes de el despegue... Se durmió para tener que aguantar la peor parte.

Primero su subconsiente juraba que habia soñado en negro... Pero el negro era el vacio de ella cayendo. ¿Alguien ha oido ese terrorifico y escabroso rumor? Se decia que si no despertabas antes de aterrizar... Morias en la vida real. Asi que su cuerpo reaccionó de forma inmediata dando un pequeño salto.

Miró a todos lados con la mirdada asuatada, perdida. No habia un sueño que no la asustase, da igual lo dulce quw fuesen... Siempre acababan aterrando a su pobre mente. Su cuerpo fue sintiendo la fria sábana, miró a todos lados con un escalofrio recorriendo su espalda y recordó que estaban en el jet, sólo que ella estaba en una especie de cama duplex. Para dos personas.

Freddy estaba justo al lado de ella leyendo un libro de economia Europea y porque Grecia se habia arruinado tanto. La miró con el ceño fruncido, bastante incrédulo.

-Estoy aqui -alegó llamando su atenciòn-. Me puse aqui contigo porque creia que podrias caerte... No estás acostumbrada a otra cama que no sea la tuya -explicó Freddy. Ella levantó la cabeza en forma de asentimiento y volvio a acostarse suavemente.

-¿Cuanto queda? -hasta su voz sonó debil.

-Unas cuatro horas. Haremos escala en Barcelona para llenar de gasolina en una hora.

La emoción de Freddy era evidente. Él era muy poco emotivo con la mayoria de cosas, siempre ante alguna situación inesperada o muy planeada se mostraba implacable. Como Aquiles, podria compararse, pero como todo un heroe épico, desde Ulises hasta el Cid, tiene su debilidad. La de Aquiles era Patroclo y su talón, la de Ulises las mujeres, la de Cid sua dos hijas... La de Freddy su país.

Atenas era una ciudad muy contaminada, era un caos total por dónde se mirase, podrias tomar un taxi y morir en el intento o que te lancen gas lacrimógeno si estás en un sitio equivocado, en el momento equivocado. Pero enganchaba, la ibas a amar. Freddy sonrió ante el recuerdo de sus buenos dias en Atenas, porque nunca iba a volver a vivir eso en otros lugares.

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