Ray

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A ver como lo explico, Ray es moreno claro.
Quizás debería haber empezado por su edad, unos... ¿14?
Puede que 13 o 12. Creo que nos quedaremos con 14.

Ray vive con su padre, en una cabaña en el bosque. Es pescadero y él va a heredar su oficio, pero aunque a su padre le parezca maravilloso, a él le profesa un profundo esperar horas para sacar o no un pez del río.
Podría ir a la escuela, pero son pobres y la escuela está en el pueblo asi que no va.
Su padre tiene pocos clientes y lo que pesca, que no es mucho, es lo que les sirve de comida. Básicamente pueden sobrevivir porque sus abuelos tienen una panadería, lo malo es que está en el pueblo también, al otro lado de la montaña.
-¡Ray!- le llamó su padre desde dentro de la casa.
Éste acudió rápido al interior.
-¿Si?
-Necesito que le lleves esto a tu abuela, el cartero se ha vuelto a equivocar.
Él aceptó, molesto pero aceptó.

Cuando ya estaba en la puerta su padre le retuvo
-Espera.
-¿Qué?
Su padre le dirigió una mirada significativa.
-¡No me la pienso poner!- se quejó.
-¡Era de tu madre!
Ray calló, sabía que a su padre no le gustaba hablar del tema, mientras que a él no le importaba tanto. Su madre murió cuando el nació.
-¡Ya se meten suficiente conmigo, no me quiero imaginar si encima me pongo ropa de mujer!
-No es ropa de mujer.- argumentó- Te la pones,- ordenó- hará frío y tardarás en volver.
Cuando le colocó la capa a Ray, que accedió a regañadientes, este le oyó susurrar.
-Ella quería una niña.
Intentó ignorar el comentario y pensó en atravesar el bosque, así nadie le vería siquiera.
Aunque hay muchos cazadores.
-Escúchame, sé que no le caes bien a esos niños pero no vayas por el bosque, hay muchos lobos y no quiero que te hagan daño.
Ray asintió.
-Y ha habido más robos. Quédate también unos días con mi madre, creo que ya no recuerda que existimos.

Cuando Ray salió de su casa se aseguró de dar un portazo. Tener que llevar harina y huevos al otro lado de la montaña por culpa del cartero ya le sentaba mal, pero encima con ropa de mujer. Eso era el colmo.

LobeniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora