Cap. 9 No hay bueno o malos, solo personas rotas.

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La sala de la mansión había sido despejada, los héroes que no salieron de misión se retiraron del lugar dando a los visitantes un momento de privacidad.

— Tony, tenemos que hablar — Tony se dirigió a un sillón y tomo asiento e insto a los demás a hacer los mismo, sabia lo denso que era Rogers con sus discursos y no tenía ánimos de soportar su parloteo de pie.

— Adelante Rogers habla, te escucho — Tony puso cara de fastidio y se acomodó en su lugar. No quería escucharlos, de hecho no los quería ahí, pensó que se habían olvidado de él o que estaban celebrando que él se haya ido y siendo francos le importaba muy poco, él estaba muy a gusto en ese mundo; no los necesitaba.

Podía imaginarse la escena en su cabeza.

(Dramatización)

"Natasha (Nat, dulce Nat) yendo a buscar a los chicos

Chicos a Tony se lo a tragado uno de sus inventos — Los chicos la veían confundidos

— Espera, ¿Anthony aún vivía en la base?, creímos que se había muerto de inanición — se imaginaba la risa burlona de Clint

— Igual se está mejor sin él, Nat — podía ver a Rogers dándole una palmadita en la espalda a la pelirroja y restándole importancia al tema"

Con todo y risas malvadas de fondo, sin embargo frente él los rostros de los miembros del equipo solo reflejaban inquietud.

— Tony, estábamos muy preocupados por ti, creímos que te habían hecho daño, pensábamos que estabas en un lugar hostil, que te tenían secuestrado, que te estaban lastimando, incluso llegamos a poner sobre la mesa la posibilidad de que hubieras muerto, pero nos negábamos a creerlo, me negaba a creer que te hubieran matado Tony —Rogers lo miro directamente a los ojos, y en ese instante Tony se sentía tan pequeño; esa penetrante azul mirada lo ponía muy nervioso.

Se sentía como un niño al que atrapaban tras hacer una travesura, pero no había regaños, no había gritos, no había miradas llenas de desaprobación, no, solo estab esa mirada llena de temor, esa misma que su madre le daba cuando él llegaba a altas horas de la noche tras una fiesta, desorientado y oliendo a alcohol. Esa mirada llena de preocupación y miedo, miedo a que algo malo le hubiera pasado; a Tony le recorrió un escalofrió.

— Me sorprende que les importe tanto mi bienestar — el tono del castaño fue mordaz, lleno de cinismo aparentando despreocupación, pero por dentro Tony se estaba desmoronando, empezaba a sentirse culpable.

— ¡Hay va de nuevo con lo mismo! — Esta vez fue la voz del arquero la tomo lugar en la discusión — Con un demonio Stark, no puedes por un segundo dejar de pensar que no eres parte del equipo, eres nuestro amigo lo que te pase siempre nos va a importar; aunque no te lo parezca.

— ¿enserio les preocupa lo que me pase?, ¡antes eso parecía darles igual! — Tony se había levantado de su asiento y había comenzado a aumentar el volumen de sus reclamos. Se encontraba recto, atento a cualquier movimiento.

— Tony...— Natasha estaba por hablar, pero el capitán le robo la palabra.

— Tony sabemos que no hemos sido los mejores compañeros, sabemos que te hemos fallado...sé que te fallado como amigo, pero eso no significa que no te considere como tal — el rubio se acercó cauteloso a Tony, quien había bajado la mirada sopesando sus pensamientos. El soldado puso su mano sobre el hombro del otro hombro atrayendo su atención — Tony, perdóname...lo que paso en esa batalla fue culpa de los dos, sin embargo fue algo que se pudo haber evitado si yo hubiera sido sincero contigo, no me di cuenta que en lugar de protegerte solo te estaba haciendo más daño. Si yo hubiera confiado en ti no hubiéramos llegado a todo esto.

Las piernas de Tony se sentían débiles, esas palabras sonaban tan sinceras, no había duda en el rostro del contrario; "siguen siendo los buenos" sus propias palabras regresaban a su mente y se repetían en bucle.

— Tony, si no nos importaras no hubiéramos venido hasta aquí por ti — Natasha estaba parada junto a Rogers, quien no había quitado su mano del hombro del millonario.

— Stark, hazles caso. Ellos son muy tercos cuando se trata de ayudar a un amigo, si lo sabré yo — por primera vez la voz de Barnes no lo ponía a la defensiva, se permitió observarlo con cuidado. El hombre tras Steve se veía tan angustiado, parecía que tenía miedo incluso de respirar cerca de él.

Había escuchado la historia del Bucky de ese mundo y concordaba con la que había leído en la base de datos que se conservaba de SHIELD, un hombre que lo había perdido casi todo, y que había dado todo lo que tenía por salvar lo poco que aún conservaba. Un hombre que viviría toda su vida torturado por sus demonios.

El no eligió sus acciones, él fue solo una marioneta, un hombre convertido en arma. Por primera vez Tony  no vio al asesino de sus padres, si no a un hombre lleno de culpa y odio a sí mismo, un hombre como él.

Tony los miro todos, eran un equipo inestable, agrietado y lleno piezas rotas, pero si algo había aprendido en ese mundo, era que las piezas rotas podían unirse a otras y volver más fuerte la estructura.

Su equipo le había fallado, y él le había fallado a su equipo. El mundo les puso una prueba y ellos habían fracasado, pero en lugar de intentar de nuevo Tony se había rendido muy rápido con ellos, aunque ellos no lo habían hecho con él, por fin se daba cuenta.

El equipo no era perfecto, pero era su equipo y el seguía siendo parte de él.

— Tony, vuelve con nosotros — una dulce voz de señorita sonó al fondo de la sala, Wanda comenzó a caminar en dirección del morocho, se plantó frente a él y tomo entre sus pequeñas manos las de hombre — Déjanos enmendarnos he intentar ser la familia que creí que éramos.

— ¿y si no quiero volver? — Tony se separó del toque de la joven y dió unos pasos hacia atrás, viendo hacia el suelo incapaz de sostenerle la mirada a ninguno de los presentes.

— ¿No quieres volver? — Rogers lo miro preocupado.

— Yo...yo no lo sé — el millonario dejó salir un suspiro de frustración y se sentó en el mismo sillón donde había estado al principio de la conversación, Rogers se sentó junto a él.

— Tony sé que es difícil, me he dado cuenta de que te acostumbraste a este mundo, pero Tony este no es tu lugar.

— ¿Cómo lo sabes? — se escuchó una voz femenina proveniente de la puerta de entrada.

— ¿Janet? — Tony observo sorprendido la presencia de la mujer

— ¿Cómo sabes que no pertenece aquí? 

Tu otro yo (Stony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora