Capitulo 2

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Isabel y yo nos queríamos mucho eramos inseparables, su padre mi tío Ernesto era la persona más dulce que conocía y aunque él se esforzara por hacerme sentir cómoda ahora casi  a mis 19 años entendía el precio que tenia que pagar por ser de piel morena... Íngrid había organizado las fechas para conocer a nuestros quizá futuros esposos

-ella es Isabel mi hija- dice íngrid y uno de los hijos del marqués le saluda a mi prima

-ella es Amanda mi sobrina- me presenta mi tía 

El muchacho era muy bonito pero en su rostro se veía la desaprobación estaba enojada porque era la quinta vez que un joven me despreciaba de tal forma

-desconocía que su sobrina fuera de color - comenta el chico sin sonar muy duro

-tranquilo - le "sonrío"- esperaré en el carruaje- le informo a mi tía y salgo de la casa

Mis lágrimas recorren mi cara y al llegar a la calle me recibe una cálida brisa bajo la pequeña escalera frente a la casa y me tropiezo con alguien, había salido de la nada

-cuanto lo siento - digo tratando de levantarme de encima de la persona
-descuida - escucho la voz del chico y levanto la mirada

Llevaba un lindo traje, sus ojos azules me estudiaban pero de la forma mas tranquila que antes me hallan mirado esta vez no miraban solo mi color

-disculpe hermosa dama- dice ayudándome a levantar

-gracias joven-respondo tratando de ser lo más decente posible

-desconocía que en la casa del marqués hubieran mujeres- frunce el ceño

-Oh... No,No vivo aquí- le sonrío- soy sobrina del juez maloy - le informo

-valla, tampoco sabia que el juez maloy tuviera una...

-una mestiza metida en su casa?- pierdo por un monumento la compostura estaba cansada de los rechazos de la gente

no,no disculpe usted si hice algún mal gesto quería decir una mujer tan linda en su casa- agrega y lo miro a los ojos- no soy partidario del racismo- dice serio

En ese momento me sentí tan aliviada pero a la misma vez llena de rabia puesto a que no podía salir a la calle con mis lindos cestodos, buenos modales y hermosos peinados sin que las demás personas me miraran mal por no estar sometida, mal vestida y limpiando una casa para gente blanca

- por fin puedo conocer alguien así- comento y él sonríe

-Amanda, que estas haciendo- dice mi tía saliendo de la casa junto con Isabel- mira tú vestido- se alarma y baja las escaleras

-Temo que ha sido mi culpa- dice el joven y yo lo miro- he salido de la nada haciendo que su sobrina se caiga- termina de hablar

-Muy bien- responde mi tía- pero es hora de irnos- me toma del hombro para que suba al carruaje pero por alguna razón no puedo safar mi mirada de la suya

-Soy jhon- extiende su mano

-Soy Amanda- se la tomo y en ese instante, justo en ese instante sentí lo que se pueden llamar mariposas en el estomago

-Amanda...- me despabila mi tía y subo al carruaje

Por un momento todo queda en silencio, Isabel sentada a mi lado no decía nada y mi tía Íngrid sentada justo frente a nosotras nos estudiaba casi con enojo

es intolerable lo que has hecho- se dirige a mí y miro a Isabel- hablar con un hombre sin una dama de compañía es descortés de su parte e irresponsable de la tuya- me regaña y yo le quito la mirada para ver por la pequeña ventanilla el camino a casa

sólo estábamos hablando- le respondo

-no entiendo porque eres tan despistada- comenta indignada

como te fue a ti- me dirijo en un murmullo a Isabel y ella ríe

-tenia mal aliento- susurra inventé que me dolía el estomago y necesitaba regresar- termina de hablar para que su madre no le escuche y yo sonrío

Algo en ese chico me había alentado a algo que desde los 12 años había soportado... Las malas caras y malos tratos él me miraba como mi tío Ernesto de una manera especial y dejando de lado muchas cosas

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⏰ Última actualización: May 23, 2017 ⏰

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