Esa noche ella se durmió con lágrimas que inundaban su rostro, lágrimas de tristeza, lágrimas de dolor de esas que por mas que deseas que se detengan no lo hacen, esas que a pesar de que las cosas buenas suceden, surgen por las cosas malas, malditas lágrimas de tormentos que mojan el alma y la inundan de tristeza. Lágrimas que deseas que no estén presentes pero insisten en hacerse sentir. Son lágrimas que desaparecen cuando mueres, por que a pesar de que algunas veces no se ven siempre están guardadas en tu interior amenazando con salir en cualquier momento.
Ayalix Medina
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Cartas Perdidas
RandomPalabras que no seré capaz de pronunciar, escribo aquí aquellas cosas que nunca diré, quizás buenas y algunas no tan malas. Me temo que la monotonía renuente de una vida diaria me hace querer desahogarme. A ti, lector que también te ahoga tu propia...