En muchas ocasiones se menciona que el miedo se convierte en tu mayor enemigo. No es cierto, el miedo se convierte en más que tu mayor enemigo, se convierte en desesperación, en soledad, en tristeza, en abandono, en ganas de llorar y de salir huyendo, en querer tirar todo por la borda pero al mismo tiempo querer salvarlo todo, se convierte en todo eso que jamás deseamos, eso que alguna vez hicimos y nos da terror que nos lo hagan. Tener que preguntarnos cual es la solución para este miedo está de más, no hay solución alguna, y si llega a haberla no depende de ti, no depende de mi tampoco. Es hora de que entendamos que un puto libro no va decirnos que hacer y que a la realidad no le faltan puños para golpearnos fuerte. Nos pasamos la vida levantando muros uno tras otro que nadie pueda atravesarlos y con un solo acto los muros se caen sólos, no hace falta alguien, hacen falta errores para que todo lo que construiste se derrumbe en un abrir y cerrar de ojos. No hay remedio cuando te has equivocado tantas veces, cuando no sabes ni que hacer con tu propia vida como para enmendar la de otra persona. Y pasa que muchas veces de lo que queremos huir es lo único que nos da refugio. Y si tu estás leyendo esto buscando algún consejo lamento decirte que no tengo ni puta idea de que escribir que sea inspirador. No hace falta intentar explicar como me siento, espero que estés leyendo esto y sepas que me duele el alma, no consigo otro método para desahogarme y espero que no me juzguen. Es como si todo por lo que nos hemos esforzado se cayera a pedazos, no te entiendo maldita sea y tu tampoco quieres que yo entienda.
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Cartas Perdidas
RandomPalabras que no seré capaz de pronunciar, escribo aquí aquellas cosas que nunca diré, quizás buenas y algunas no tan malas. Me temo que la monotonía renuente de una vida diaria me hace querer desahogarme. A ti, lector que también te ahoga tu propia...