No tiene sentido llamarnos "feos" a nosotros mismos porque en realidad no nos vemos a nosotros mismos. No nos vemos a nosotros mismos durmiendo en la cama, acurrucados y silenciosos, con el pecho subiendo y bajando a nuestro propio ritmo. No nos vemos a nosotros mismos leyendo un libro, con los ojos emocionados y brillantes. No te ves a ti mismo mirando a alguien con amor y cuidado dentro de tu corazón. No hay un espejo en tu camino cuando estas riendo y sonriendo y desbordas felicidad. Sabrías lo hermoso y brillante que eres si te vieras en los momentos en que realmente eres tu mismo.