La Muerte

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fría con mirada perdida, caminaba en la noche oscura sin rumbo alguno, cuando me encontré con la muerte, sus ojos negros me miraban intensamente, su cara pálida y hueca me llamaba responder su mirada, pero incierto mi destino se encontraba, decidí seguir sin enfrentar a la muerte, y en mi caminar por aquel lugar comencé a escuchar como pisadas en la oscuridad que algo se acercaba, miré sobre mi hombro cómo aquella figura oscura me seguía el paso, paré un segundo a respirar, temía voltear y ver lo que podría encontrar, justo antes de mirar una voz profunda e inexpresiva pronunció:

"Buscas lo que no existe, en el lugar incorrecto, camina hasta el amanecer, hasta que esta oscura noche logres olvidar, hasta entonces regresarás a mi, pero sí retrocedes ahora no verás otro anochecer..."

Sentí cómo un aire helado me recorrió el cuerpo y sin pensar estaba corriendo, después de un rato sin parar decidí descanzar, el sol comenzaba a salir cubriendo con un intenso color dorado todo a mí alrededor.

la incertidumbre nublaba mi mente, mil preguntas me recorrían los pensamientos uno a uno, buscar lo inexistente, el lugar incorrecto, nunca hice preguntas que tuvieran alguna respuesta, seguía temiendole a algo que no podía explicar, seguí mi rumbo aquel que no recuerdo cómo inicio, mis pies sin ningúna razón continúan guiando mi andar entre rocas y flores que parecen no cambiar.

al mirar hacia delante el horizonte parece infinito y no veo dónde esta el final, después de mucho avanzar un lugar comenze a vislumbrar, la imágen de un pequeño pueblo con chozas amarillentas viejas y descuidadas detenidas en algún momento del tiempo.

logré llegar y con terror no pude evitar notar el extraño y fétido hedor que provenía de las chozas, con miedo me acerqué y tomando un gran suspiro tomé la puerta con mi mano derecha, allí dentro acurrucados en extrañas posiciones había cuerpos, irreconocibles, con expresiones de dolor, solté un grito en mí pavor, y temblando retrocedí, cenizas caían de algun lugar que parecia lejano.

Una gran niebla se extendía sobre el centro del pueblo, avanzé dudando en mis pasos, y en cada rincón había más cuerpos, no pude seguir mirando sus rostros, comenzé a llorar mientras me acercaba a lo que parecía ser una gran hoguera, mientras continuaba haciéndome paso entre lodo y cenizas, alcancé una choza azul con un acogedor fuego dentro que me invitaba a pasar, caminé hacía el umbral que me llamaba, escuché un ruido al interior que me sobresaltó, mis ojos no distinguían lo que tras la puerta se encontraba, logré definir una silueta de una anciana que no reconocía, al verme en el portal la mujer soltó un grito y corrio hacia mi, ahora escuché una dulce y cálida voz que hablaba con delicadeza como si me conociera...

"Por fin has llegado, te he estado esperando durante mucho tiempo"-Dijo ella.

No lograba recordar nada más allá de caminar sin rumbo con la luz del sol como única compañía, su mirada me transmitía algo que no había conocido antes y por alguna razón me preguntó qué fue lo que me trajo a este lugar...

"¿Acaso no buscabas ver dolor, sufrimiento, buscabas mirar a otro lado e ignorar tu propia agonía, en tu corazón no encontrabas paz, porque allí no existía, buscas luz donde solo hay oscuridad, acaso ya olvidaste quién eres?"- Preguntó.

¿Quién Soy?, no lo sé, no lo recuerdo, sudor frío comienza a recorrerme, mi respiración se acelera, mi cuerpo esta helado, rígido no puedo moverme, ¿Quién Soy?, la pregunta retumbaba en todo mí cuerpo...

Todo se volvió negro, y entonces volví a caminar en un oscura noche sin estrellas, pero esta vez una figura cubierta de negro con una carahueca se paró frente a mí, y no pude evitar ver dentro de sus ojos y ví mí reflejo volteando hacia mi...

La muerteWhere stories live. Discover now