Historias Variadas

El hijo de la suerte

Me desperté de nuevo tropezándome con las sabanas hasta caer al suelo, mi hermana se estaba comiendo mis cereales como no, y no solo eso sino mis preferidos, puse los ojos en blanco mientras recojia las gafas del suelo.

Me llamo Zack Fool, sí jajaja tuve suerte hasta con mi apellido, cuyo significado es "tonto".

Que suerte tiene este chico, pensarás querido lector irónicamente, y yo no podré hacer más que reír contigo, aunque por dentro llore.

Mi aspecto tampoco me favorece, soy extremadamente flaco, soy el típico chico que su abuela le dice, hijo tú hoy te comes doble ración de todo, que algún día de estos el viento soplará fuerte y te llevara con el. Y no va en coña esto, ya me lo ha dicho más de una vez mi abuela.

Tengo unas gafas de culo de botella espantosas, son del tamaño de una nuez y mis ojos parecen dos hormigas anorexicas con ellas puestas, soy demasiado alto para mi edad mido 1,95 y solo tengo 17 años. 

Mis dientes son un puzzle sin rosolver, todos desordenados y desnivelados, el ratoncito Pérez yo creo que nunca me dejo dinero por miedo a que me lo comiese.

Era realmente feo, todo el mundo lo decía, y los que no lo decían me miraban como admitiendolo, "Pobrecita la sra Fool, probecito el sr Fool", ¿Este es tu hijo? les preguntan, Sí es mi hijo responden y se compadecen en silencio con ellos.

Mi vida es el infierno materializado en el mundo terrestre.

Las chicas se esconden al verme, no tengo amigos, y mi hermana niega que soy su hermano.
Jamás me a ido bien con las chicas, soy el típico ejemplo de adolescente con la autoestima por el suelo que se sienta en la última fila de clase.
Pero un día todo cambió debajo de mi cama había un sobre de color beige con un sello rojo.
El sello estaba blandito y eso quería decir que alguien lo había sellado recientemente, puede que lo escribiera y lo sellara y me lo mandara el mismo día osea el día que recibí la carta.
Al principio querida persona detrás de esta pantalla creía que era una broma pesada de mi hermana, pero todo cambió cuando leí ese papel en el cual ponía:
"Yo un día también fuí así, feo e indeseable, me sentía mal conmigo mismo y a mi al rededor, pero al igual que tú recibí este brazalete, pero tienes que esperar 24 horas antes de que haga efecto y te transformes"
Me lo puse, no perdía nada, si no funcionaba que no dudaba esa opción al menos me serviría de accesorio, un brazalete de oro con una serpiente y sus ojos rojos, molaba bastante la verdad.
A la mañana siguiente estaba demasiado cómodo en la cama, había encogido, me levanté corriendo y no tropecé "Que estaba pasando?" "De verdad me había transformado" en la pared tenía un metro dibujado a mano (2 metros) con sus milímetros incluidos, me puse al lado de la pared "Media 1'70!".
Me fuí corriendo a mirarme al espejo, me saqué la camisa y se me marcaba la uve, los abdominales, me saqué los calzoncillos, me quede encantado no os voy a decir más, y mis piernas musculadas eran perfectas, me saqué las gafas y veía bien, las rebenté con mi brazo musculado, ya no las necesitaba.
Por fin me mire la cara, unos ojos marrón muy oscuro destacaban, tenía una barbilla perfecta y los labios como esculpidos, fantásticos. La nariz un poco respingona y pequeña pero no diminuta y lo mejor de todo mi pelo, que paso de ser rizado a liso y un poquito largo, todo era perfecto y aun lo sigue siendo.
Después de la ESO trabaje en un quiosco mientras me sacaba la carrera de abogado, nunca más tuve problemas para relacionarme, y en un juicio conocí a quien es ahora mi mujer con la que tuve dos hijos y uno de ellos es feo, incluso más que yo antes del cambio.
Ya sé a quien le tengo que dejar mi brazalete, pensé sonriendo.
"Las chicas no me querían papa, y ahora soy cómo tú"