Encantada de conocerte.

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Se abrieron derrepente las puertas del ascensor, y cuando eché a salir tropece y me cai de bruzes.

- ¿Estás bien? Me dijo.

- Vaya, pero si hablas, pensaba que eras mudo.

- ¿Perdona? ¿Me habias dicho algo? Es que iba pensando en mis cosas, lo siento. Soy James ¿y tú?

-Sonia, encantada y perdón por haber sido tan borde. Me tendió la mano y me ayudo a levantarme.

-No pasa nada preciosa, ¿estas bien?

-Sí gracias. Me sonrió y tenia una sexy sonrisa, notaba que me estaba sonrojando seguro.

-¿Eres nueva verdad? No te habia visto nunca, sino te recordaría.

-Sí, soy nueva. Me acabo de mudar al decimo piso, y iba a dar una vuelta para conocer un poco la ciudad, pero mira tengo tanta buena suerte que me caigo nada mas llegar. Me reí.

-Si quieres te acompaño y vamos a tomar algo y te guío un poco por la ciudad, total yo me iba a recojer los libros para el comienzo del nuevo año de universidad.

-Que casualidad, yo empiezo también el día 12 con la carrera de psicología.

-Yo ya llevo dos años con la carrera de derecho, y casualidad, yo tambien empiezo el 12.

-Venga, te tomo la palabra para ir a que me enseñes la ciudad.

-Yo encantado de enseñarle la ciudad a una chica tan guapa.

Llebavamos como un par de horas dando vueltas por la ciudad, hasta que llegamos de vuelta al portal.

-Sonia esta noche celebro una fiesta en mi casa para despedir el verano, puedes venirte si quieres, vivo en el septimo A.

-Gracias, veré si puedo ir, porque aun tengo que desembalar las cajas de la mudanza y todo, pero gracias igualmente.

-Intenta venir, me gustaria verte allí.

Subimos en silencio en el ascensor, el bajó y yo por fin llegue a mi casa.

Desembale todas las cajas, bueno casi todas, y en una de ellas encontre un vestido precioso para ir a la fiesta en casa James.

Me duché, me planche el pelo y me puse el vestido. Era por medio muslo de largo, liso de palabra de honor, y del mismo color que mis ojos, era perfecto para la ocasión. Me puse los tacones, me maquille un poco y bajé hasta la puerta de su piso, alli ya se oía a la gente. Llamé al timbre y cuando se abrio apareció un James con los ojos fuera de las orbitas, creía que se le iba a caer la baba. Se quedó con la boca abierta.

101 palabras de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora