Capullo.-

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Estaba por decirle que miraba tanto pero derrepente hablo James y dijo:

- Vaya, Eva estás preciosa.

Me gire y alli estaba, Eva López, la joven y guapa presentadora española de los desfiles de moda juvenil de Madrid. Realmente era guapisima, rubia, alta, ojos azules y mirada de mosquita muerta. Realmente me cabreó que no se refiriera a mi con lo de guapisima, claro, a toda mujer nos gusta que un chico guapo nos diga algun piropo o pierda los ojos al vernos, en fin, todos iguales.  

Decidí apartar del medio a James y poder pasar dentro, asi el tendría mejores vistas de esa, pero claro iba tan cabreada que no me di cuenta de que su piso tenía salón a doble altura y como siempre y más con lo patosa que soy, me cai. Y ahí estaba, detrás de mi, la muy guarra riendose.

- Bueno preciosa, parece que la vida se a empeñado en que sea yo quien te levante siempre que te caes.  

Soltó James de repente.

Se agachó y me ayudó a levantarme, pero claro mi orgullo neoyorkino me impidio ayudarme de el para levantarme. Me acabé levantando sola.

- Sonia, ¿estás bien?

- Sí, estoy de maravilla.

- Oye, ¿qué te pasa?

Me adentré en la fiesta dejandole , como diría un español, con la mierda en la boca. Visualize la barra de bebidas y me serví un chupito de tequila.

Empezó a sonar un remix de Disaster de la cantante inglesa JoJo y empecé a bailar. Derrepente note unas manos en mi cintura, me gire y ahí estaba, un chico monisimo, estuvimos un rato hablando y bailando.

- Perdona, ¿sabes donde esta el baño?  

Le pregunté a una chica que pasaba or delante de mi.

- Sí, entra en el pasillo y la tercera puerta a la derecha.

- Muchas gracias.

Me dirigí allí, abrí la puerta y estaba James encima de Eva pidiendole a gritos que se corriera. En ese instante me quedé petrificada, no podía apartar la mirada de él. Entonces, él se dió cuenta de que yo estaba allí.

- Sonia, mierda espera.

Cerré la puerta y me fuí. Salí de ese maldito piso cagando leches.  

Subi al ascensor para subir a mi casa y poco a poco se fueron cerrando las puertas hasta que entró.

- James, ¿qué estás haciendo aquí? Parecias muy ocupado ahí dentro.

- Lo siento preciosa, no quería que vieras eso.

- No me llames así, tengo un nombre ¿sabes?.

- Preciosa de verdad, lo siento, dejame que te explique...

- No hace falta que me expliques nada, total eso es lo que somos, NADA.  

Le dijé enfatizando el nada.

- Preciosa escucha...

Sé fue acercando hasta estar frente con frente, hasta que de repente se apagaron las luces del ascensor. Nos habiamos quedado encerrados. Soy claustrofóbica, no podía estar encerrada aqui mucho tiempo.

- James, por favor haz algo necesito salir de aquí.

- Sonia, ¿no serás claustrófobica verdad?.

- Sí.

Me estaba empezando a agoviar, a entrarme uno de mis ataques de pánico.

- Sonia, eh, ¿estás bien?

Me derrumbe en el suelo frio del pequeño ascensor.  

Sólo oía los gritos que daba James, y notaba cómo me sacudía para que me despertara, pero no podía.

101 palabras de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora