Etapa I

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¡Detente! ¡Detente! ¡Detente!

Le gritaba una y otra vez, mi voz no parecía poder llegarle, mis gritos eran sonidos mudos para él; nuevamente pasaba, sabía que era un sueño, no, una pesadilla, pero eso no le quitaba lo realista que es.

Él sujetó a esa bella mujer por los cabellos, y aunque ella intento escapar no fue los suficientemente rápida, podía sentir su miedo, su desesperación por huir, eso hizo que mi respiración se entrecortara, quería ayudarle, ¿Pero que podía hacer?, esto solo era producto de mi imaginación.

¡Despiértate! ¡Despiértate!

¡Maldición hazlo!

La lanzó al piso rústicamente y empezó a golpearla con los pies, él solo sonreía complacido al escuchar sus quejidos de dolor. Sentí como las náuseas se apoderaba de mí.

No quiero observar. Por favor que alguien me despierte.

Sé lo que sucederá a continuación, pero aun así no quiero seguir viéndolo, ese monstruo porque no se le puede llamar humano, se aburrió de infligirle dolor, saco una pistola y le disparo sin que le temblara el pulso.

Me incorpore en mi cama con la respiración entrecortada, sudaba, mis manos temblaban, dirigí mi vista hacia mi mesa de noche y el reloj marcaba las 2:59 am.

Esos sueños se repetían constantemente, puros asesinatos, desde la de personas en la cárcel hasta la de gente inocente, a lo que más le temía era a levantarme en mañana y revisar el periódico, en él saldrá la noticia del asesinato de una mujer, así como ha sucedido con los sueños anteriores.

Prefiero que mis sueños vuelvan a ser distorsionados, que ridículo, cuando eran así deseaba poder recordarlos y ahora lo que más anhelo es no hacerlo, ¿Quién podría soportar presenciar un asesinato? Personalmente yo no.

Eso no es todo, me irrita no saber porque puedo hacerlo, posiblemente es absurdo pero juro que siento a alguien que acaricia mi mejilla al dormir, lo peor es que realmente me molesta sentirme observada como ha sucedido últimamente, tendré que ir a la policía para reportar que posiblemente me están acosando.

Mis ojos se comenzaron a cerrar a causa del sueño, pero no quería volver a soñar con ninguna matanza, solo se escucha el "tic tac" del reloj y mi respiración, tumbo mi cuerpo en la cama, siento mis parpados pesados, veo distorsionado todo a mi alrededor, me gusta el frió que hay en mi habitación, solo el reloj interrumpe al acogedor silencio.

Muevo mi cabeza y miro hacia la ventana, nada, veo al techo, solo hay oscuridad, me gustaría que hubiera estrellas allí, ¿Estrellas?

¡Oh! Es cierto eso me recuerda a las palabras de mi abuela, esa mujer a quien odio tanto.

<<Cuando cumplas tu vigésima quinta estrella, los lamentos de los muertos se reflejaran en tus ojos>>

Esas palabras carecen de sentido común, esa vieja solo nos odiaba a mi madre y a mí por haberle quitado a su pequeño niño, ¿Cómo si yo tuviera la culpa de que mi padre se enamorara de mi madre?

Estaba cansada. No puede evitar quedarme dormida.

DistorsiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora