La Elección

Capítulo Dos

Después de haber cometido varios asesinatos a medida que pasaban los días, Ichimatsu se escondía en las sombras, como una rata.

Continuamente robaba comida cuando nadie estaba mirando, entonces terminaba matando a alguien. Era casi como una rutina diaria.

Desplomándose en la hierba junto al río debajo del puente de piedra, Ichimatsu dejó escapar un suspiro de satisfacción mientras examinaba su cuchillo manchado de sangre.

"¿Se habrán dado cuenta de mi?"

Ichimatsu pensó para sí, riendo un poco. "Seré notado, ya no viviré en el temor como lo había hecho durante diez largos años, seré el que es temido, la gente no se acercará para atacarme, ellos correrán de mí".

El estómago de Ichimatsu gruñó ruidosamente, señalando que era hora de ir al pueblo a robar algo para el desayuno.

Suspirando satisfecho, Ichimatsu se estiró y luego se arrastró por debajo del puente.

Escondiéndose el cuchillo en el bolsillo, Ichimatsu comenzó a caminar por las calles adoquinadas, se desplomó para que se mezclara con las otras personas campesinas que le rodeaban.

El dulce aroma del pan recién horneado se sobrepuso a su nariz al pasar la primera panadería en el pueblo.

"No puedo creer que no los haya atrapado todavía ..."

Ichimatsu pensó mientras empujaba a través de la multitud de gente.

"¿Por qué están vivos? ¿Para hornear pan para ganarse la vida? Eso no tiene ningún propósito. Su existencia es inútil"

Ichimatsu llegó en medio de dos mujeres jóvenes y cogió una barra de pan de uno de los carros.

"¡Está robando, está robando!"

Gritó una de las mujeres en estado de shock. "¡Ladrón!"

El panadero levantó la mirada de la multitud que lo rodeaba, mientras veía a Ichimatsu corriendo por la calle hacia el mercado.

¡Detenlo! -gritó, huyendo de su tienda después de que el muchacho

"Piensa que puede atraparme", pensó Ichimatsu, mientras sostenía el pan con fuerza. "Pero a diferencia de él, no soy obeso."

Y en ese momento, Ichimatsu cometió el error de dar la vuelta, tratando de ver dónde estaba el panadero. Ese fue el momento en que se estrelló contra una figura alta, robusta y oscura.

Tropezando con el suelo, el pan voló de los brazos de Ichimatsu.

Gimiendo de dolor, Ichimatsu trató de ponerse de pie y seguir corriendo, pero el hombre al que había chocado lo agarró por su muñeca, lo puso en pie y lo sostuvo fuertemente contra él.

"¡Déjame ir!" Ichimatsu gritó, pero él se negó, simplemente moviendo la cabeza solemnemente. "Lo siento, joven" -dijo el hombre, con voz profunda. "Pero no puedo."

Ichimatsu trató de zafarse del hombre, pero se encontró con que el agarre del hombre en sus muñecas sólo se tensó más.

Sólo unos segundos más tarde apareció el panadero, sin aliento. "¡Ese chico!" -dijo el panadero señalando a Ichimatsu, todavía recuperando el aliento. "¡Ese muchacho es un ladrón asqueroso!"

"Mi muchacho?" -dijo el hombre, volviendo a Ichimatsu para mirarlo-. "Robaste algo de este amable hombre?"

Ichimatsu de repente se sintió muy pequeño mientras el hombre seguía mirándolo con tanta amabilidad, pero también seriedad.

"Y-yo ..." murmuró Ichimatsu, sintiéndose cada vez mas débil .

"¡Sí!" -exclamó el panadero enojado. "Ese chico me robó una hogaza de pan entero! Dámelo! Lo llevare a la policía!"

El panadero se acercó y agarró la otra mano de Ichimatsu con sus manos sudorosas, tirando bruscamente del muchacho.

"Espera un momento" -dijo el hombre al panadero, tirando de Ichimatsu hacia él-. "Te pagaré por el pan. Pero no le hagas daño a este chico, lo traeré conmigo, así que no te preocupes, el pueblo está a salvo.

El panadero resopló después de que el hombre alto le pagó por la barra de pan, dio la vuelta y regresó a su panadería.

-"Mi muchacho" -dijo el hombre, sacando a Ichimatsu al costado de la calle-. "Eres el niño que escapó del orfanato, ¿estoy en lo correcto ?, eres el niño que ha estado dando vueltas, asesinando sin piedad a inocentes comerciantes."

Ichimatsu no dijo una palabra, empezando a temblar.

"No te atrevas a enviarme de vuelta al orfanato ..." Ichimatsu pensó con enojo .. pero se niega a apartarse del hombre.

-¿Cómo te llamas, muchacho? -preguntó el hombre.

"I-Ichimatsu ..." respondió Ichimatsu en voz baja.

"Es un placer conocerte, muchacho, Ichimatsu. Soy Karamatsu, el cura de este pueblo" dijo el hombre amablemente, comenzando a caminar por la calle con Ichimatsu, todavía sosteniendo firmemente su muñeca.

"¿Qué vas a hacer ahora?" Ichimatsu escupió. -¿Llevarme a la corte?

Karamatsu negó con la cabeza y respondió: "Mi Dios es un Dios muy amoroso y misericordioso, Él te perdonará de tus pecados, así que por favor, si quieres, permíteme cuidar de ti por ahora".

"Eres tan tonto ..." siseó Ichimatsu, pero siguió caminando con el sacerdote.

-¡Te llevaré a mi iglesia! -dijo Karamatsu brillantemente. "Allí, seré capaz de proporcionar tus necesidades."