La vida estaba siendo de lo mas normal para Aziel, una muchacha de unos 18 años, que a la edad de 5 años quedo huérfana, a causa de un incendio en su casa. Ella era una chica muy amable con todos los del orfanato. Siempre llevaba su cabello rojo intenso atado, y con una sonrisa tan cautivadora como su actitud.
Lamentablemente en el orfanato solo le quedaba 1 año mas ya que a la edad de los 19, debían seguir su camino propio, pero con una pequeña ayuda del instituto.
Todos los que vivian en este lugar, debian asistir obligatoriamente, 1 ves a la semana a un psicólogo que trabaja ahí. Esto era asi con el objetivo de que, los que no fueran adoptados, puedan salir a la calle con normalidad. Pero en ciertos casos, a los que se los consideraba mentalmente inestable rapidamente se los enviaba a una especie de escuela especial.
Ademas de eso tenian un grupo de profesores los cuales los instruian.Un dia en medio de una de las clases, Aziel se encontraba particularmete distraída, sin razón alguna. Solo se quedo mirando por la ventana con la pera reposada en la mano, observando el paisaje. Hasta que el profesor a cargo de ellos, interrumpio su transe.
- Discuslpame Aziel, pero esta clase es muy importante.- la regaño, a lo cual ella solo agachó la cabeza avergonzada.
El dia trascurrio con mucha rapides sin siquiera dar se cuenta de ello.
En el instituto ella no era muy quería, pero aun así no era muy sociable. Siempre trataba de manternece al margen de todo, hasta que un dia llego al orfanata una niña nueva. Cada ves que habia un nuevo, se reunían a todos en el patio para poder anunciarlo, lo cual siempre lo hacia la directora.-Muchachos, hoy le damos la bienvenida a Ester.- Sostenia de los hombros a una niña, con el cabello castaño y un tanto pequeño.- Su edad es de 10 años, espero que la traten de una buena manera.- Luego de eso todos se separaron para volver a su actividades diarias. Luego de un rato de pasear por las instalaciones Aziel se encontro con que a Ester la estaban molestando otras niñas de su edad, por lo cual decidio intervenir.
-Mirate pequeña enclenque, tu no tienes lugar en nuestro orfanato, sera mejor que nos rindas tributó o te ira muy mal.- dijo una de las chicas que molestaba a la nueva, eso molesto mucho a Aziel.
-No te parece que estas siendo muy malvada con la pequeñana nueva, ademas que te crees una Diosa para que te rinda tributó. Mejor dejala en paz antes de que le avise al preceptor.- Las palabras de ella salieron de su boca con un relámpago debido a la irá que sentía en ese momento.
-Tienes razón dijo la mayor de las muchachas que molestaban a Ester.- Pero tu pelirroja sera mejor que te cuides la espalda de ahora en mas, porque nadie me amenaza sin un castigo-. Dijo mientras pasaba junto a ella, lo cual produjo una especie de escalofrío extraño.-¿Por que son tan malas esas chicas?.- pregunto la nueva sin entender nada.
-No lo se, piensan que son las dueñas del lugar.- indicó la pelirroja sin apartar la mirada de las chicas que se iban.- Mucho gustó soy Aziel.- rapidamente ella extendio, presentandose con su encantadora sonrisa.
-Mucho gusto yo me llamo Ester.- le devolvió el saludo con la mano, a la ves que trataba de dejar de temblar.
-Y bien ¿Cual es tu historia jovencita? ¿como viniste a parar hasta este sucucho?.-
-Es muy largo de contar.- le respondio la niña mientras agachaba su cabeza.
-Creo que tenemos tiempo de sobra para que me cuentes. Ven vamos al patio.- enseguida se pusieron en marcha, y por casualidad tenian que pasar por enfrente de la oficina del precepto, de la cual se escucha como dos hombres mayores discutían pero no se llegaba a entender muy bien lo que decían, esto llamo la atencion de las chicas. Con la puerta entre abierta se noto un hombre alto de cabello cortó castaño, que llevaba puesto unos jeans, y un camperon negro de cuero, que estaba parado enfrente del escritorio con los brazos cruzados lo cual lo hacía mas imponente. Al darse cuenta que los observaban el hombre misterioso se dio vuelta revelando su rostro, con una cicatriz en su nariz en forma diagonar y los ojos verdes, produjo una extraña sensacion de calor sobre Aziel.
-Vámonos de aqui antes de que nos regañen.- Pidio Ester casi suplicando, y rápidamente huyeron de la escena.
Cuando por fin llegaron al patio, la pelirroja no dejaba de pensar en esa extraña sensacion que le produjo aquel hombre.
-Bueno, entonces como llegaste aquí.- le preguntó a su nueva amiga tratando de despejarse de ese pensamiento.
La muchachita hizo un suspiró largo y se resigno a contarle
-Mis padres y yo estabamos llendo a vacacionar a la playa, como hacíamos todos los años. Puedo recordar cada detalle de ese viaje, el viento que entraba por la ventanilla, la mirada de mi papa observando por el retrovisor, el olor a agua salada que poco a poco se hacia mas fuerte al llegar al mar. Pero....- la voz de Ester se entre cortava lentamebte.- un hombre que venia hebrio en su auto se direcciono hacia el nuetro chocandonos de frente, a partir de ahi recuerdo despertar en el hospital, con el doctor junto a mi camilla diciendome que mis padres no lograron sobre vivir.- esas ultimas palabras quebraron en llanto a nueva niña.
Rapidamente Aziel la abrazó tratando de consolarla.
-Creo que tu y yo llegaremos a ser grandes amigas.-