°Capítulo cinco°

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Estaba mirando las paredes blancas.
Había despertado hace media hora y no sabía cómo sentirme.
Lo único que quería hacer era desaparecer.
¿Cómo és que las cosas habían cambiado tanto de un momento para otro?
Yo solo llegué creyendo que iba a hacer amigos nuevos y tener una nueva vida feliz.
Ni siquiera se me pasaría por la cabeza que los estudiantes me habrían encerrado en un armario durante tres días dejándome morir.

La puerta se abrió y mi hermana entró con una bolsa.

-¡Has despertado!

Chilló abalanzándose sobre mí tirando la bolsa al suelo.

-¿Qué tal te encuentras? ¿Estás mejor? ¿Necesitas algo?

-¿Cuánto llevo durmiendo?

-Llevas un par de horas, no lo sé exactamente, he estado muy preocupada por tí, _____, en serio, siento la pelea que tuvimos ésa mañana. Hobi y yo peleamos y estaba de mal humor, no quería pagarlo contigo.

-No pasa nada, las peleas entre nosotras son normales.

Sonreí sin ganas.

-¿Quieres un helado de chocolate?

-¿Me has traído un helado de chocolate?

-Lo he traído para las dos, para que comamos cómo gordas.

Me reí. Una cosa que apreciaba de Sunhee era que sabía cómo animarme. Y no era precisamente por el helado, que éso también lo agradezco, si no por su humor característico.
Sonreí.

-¿Quieres hacerme engordar más de lo que ya estoy?

-Tienes que engordar, llevas tres días sin comer.

Dejé de sonreír.

-_____, ¿por qué te encerraron en el armario? És de locos, ¿qué has hecho?

-¡Nada! Al parecer querían darme una cálida bienvenida a su manera.

-Voy a hablar con el director, ésta escuela parece una jaula de animales que no sabe comportarse.

-Déjalo, contrataré a un guardaespaldas y ya.

-¿Ah si? ¿y de dónde piensas sacar el dinero?

Sonreí haciendo gestos de un arcoiris.

-Magia.

Me miró con mala cara, pero, un segundo después cambió radicalmente su estado de ánimo.

-Por cierto, ésta mañana ha venido un chico rubio y ha preguntado por tí. Le dije que aún estabas durmiendo y me dió una nota para entregártela.

Tragué saliva.

Era imposible que fuera él. Me alejó de el de manera egoísta y no había ninguna posibilidad de que me buscara. Quizás sintió pena y al final se decidió por venir a disculparse. No, tampoco lo creo. Me acuerdo aún perfectamente de la última sonrisa que ví. Ese cabrón no vendría nunca a disculparse. Descarté la posibilidad de que fuera él.

-Toma, no he abierto el sobre, no soy tan cotilla como tú.

-Oye, eso es más falso que tu inteligencia, tanto tú, cómo yo, somos cotillas, y lo sabes.

Enarqué una ceja sonriendo.

-Ya ya, tienes razón, pero te prometo que no lo he abierto.

-Te creo, bueno, déjame sola, quiero leerlo sin nadie a mi alrededor.

-¿Por qué? ¿acaso és tu novio secreto?

La muy estúpida sonreía cómo si fuera un milagro. Sunhee es de esas personas que cuando se enteran de que a su hermanita le pasa algo, sí o sí, tiene que ir a contárselo a mamá.

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⏰ Última actualización: Jun 19, 2017 ⏰

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