Descubriendo

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La primera vez que abrí los ojos al mundo me mostró algo que no quería ver.
Me enseñó que había vivido entre mentiras, en dónde le principal mentiroso era yo.
Siempre me dedicaba a cerrar los ojos, a dejarme llevar por la triste existencia que tenía, y susurrando con fuerza que aquello solo era una pesadilla.
Pero....cuando abría los ojos ahí estaba ese sentimiento, el sentimiento de que yo no era yo, sino que vivía en un cuerpo de mujer, que había nacido como mujer, que todo el mundo me trataba como mujer, pero yo no me sentía mujer.
Y yo no lo aceptaba, no podía ser consciente de que por fin se había abierto un poco la jaula, que me estaba conociendo y que poco a poco podía llegar a alcanzar esa felicidad que tanto había ansiado.
Por desgracia el miedo es el principal motor de las mentiras, y causo que negará la realidad que estaba sintiendo, quise alejar todo aquello de mí mente y durante un año y medio fingí ser otra persona.
Las sonrisas con las que me levantaba cada día se iban rompiendo, pero como en un carrusel aún quedan más criaturas que montar, así que si una se quebraba lo suficiente como para mostrar la realidad la cambiaba por otra, volviendo a esconder todo de nuevo para así continuar montando y viviendo aquella pantomima.
Desgraciadamente, uno no puede estar toda la vida fingiendo y poco a poco acabamos aceptando la realidad que nos ha tocado vivir, y que en mí caso, no fue algo negativo, sino algo positivo y que me ayudó a liberarme.
Las sonrisas ya no eran falsas, y estás estaban llenas de alegría, sobretodo cuando pude sincerarme a mí entorno de amigos, y estos, lo aceptaron sin ningún tipo de problemas.
Me abrieron los brazos y se alegraron que después de tanto tiempo dejara de ser el pequeño Pierrot, se alegraron de que había lanzado aquella máscara al universo, y esté destruyéndola había liberado una parte de mí.
Por desgracia, aún no me aceptaba de todo y eso se mostraba mediante el engaño de mí familia, al cual no le había contado nada, y eso estaba causando que poco a poco me hubiera en un mar de sangre y lágrimas, donde el dolor se mostraba de la manera más terribles.
Tenía que decirlo, es más, necesitaba decirlo por que solo así podría aceptarme de una manera plena, y así dejar por fin después de tanto tiempo de fingir.
Por lo que en una noche donde las estrellas estaban más brillantes y de mí parte me arme de valor para decir las palabras que necesitaba, para poder sincerarme y dejar de mentir al mundo.
Se lo dije mediante una carta, y es que si hubiera usado las palabras estás se habrían enrollado en mí boca, y mí voz ahogada se habría convertido en un murmuró del oleaje, por lo que decidí plasmar todos mis sentimientos de una manera clara en una hoja en blanco, con la cual tuve bastantes conflictos pero al amanecer nuestra lucha de tinta y papel se había calmado, y una tregua eterna se había formado entre nosotros dos.
Por desgracia la noticia no fue buena, y tras innumerables días de conflictos decidí hacer una cosa, me fui de casa y comencé una nueva vida por mí cuenta, pero está vez una vida llena de aceptación y vacía de mentiras.

Bueno chicxs, está historia corta la he creado a partir de un concurso de lgbtesp y aunque en un principio iba a crear una historia de fantasía y completamente fuera de lugar, he decidido compartir un poco de mí con vosotrxs. Por supuesto, todo lo que se encuentra aquí escrito no es cierto, sino que lo he mezclado un poco, aunque incluso haciendo esto he dejado ver una gran parte de mí, espero que os haya gustado, y que si os apetece me deis votos y me ayudéis a ganar esté concurso o por lo menos a quedar como finalista. Me haría mucha ilusión, y no sabría como agradecerlo. Y muchas gracias a todos los que me están apoyando y día a día siguen mí historia.

El carrusel de la vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora