¡¡Devuélveme mi cuerpo!!

2- ¡le gustan hediondas!

–¿¡Facundo, pero que mierda hiciste!?

«¿no es obvio señora? Rompió la alarma»

–Callate la concha, toda la noche jodiendo...

–¿¡Qué dijiste pendejo!?

–¡No ma', no era para vos!

–¿Entonces, para el reloj? Boludo. Dale levantate, anda a bañarte ya si no queres que te ubique como nunca en tu vida. Te aviso, a mi no me faltas el respeto.– Y se va de la habitación.

¡Ahora si conciencia, me cago en vos!

«No seas asquerosa por favor y anda a bañarte que tenemos escuela y no quiero que llegues tarde»

Uhh, cierto. Y también tengo que hablar con Facundo.

Agarro el teléfono y lo prendo.

–Ay el patrón. ¿Cómo era?

Patrón incorrecto

Patrón incorrecto

Patrón incorrecto...

–Ah no, me mato, ¿Cómo era?

¡Conciencia, es hora de que me ayudes!

«Yo que sé. Intenta con esta...»

Lo sentimos a fallado demasiadas veces. Intente de nuevo en 90 segundos.

«Uy, perdón... Mejor me voy. Chao»

Que enferma que estoy, empecé a hablar sola y encima con una conciencia que en vez de ayudarme, me perjudica. ¡Genial! (Nótese el sarcasmo).

Entre la desesperación y la angustia veo que Ernesto entra en el cuarto.

–Hola Amelia, buenos días... ¿Qué te pasa?

–¡Me olvidé el patrón del teléfono de Facu!

–Después de la escuela podemos ir a visitarlo y que te muestre de nuevo e...

–¡Facundo, bañate que van a llegar tarde!–Me gritaba la mamá de Facu desde el otro lado de la casa.

–¡Sí, es que no encuentro mi uniforme!–Le miento mientras me levanto de la cama.

–¡No sé!¡Yo no lo puse a lavar!

Instintivamente reviso el cesto de la ropa sucia y efectivamente, estaba la muda completa ahí metida.

–Ay no, Ernesto ¿Tenes otro uniforme para prestarme?

–Lo siento Ami, lo que ves es lo que hay. Además yo también tengo te ir a la escuela.

–No me llames "Ami" –En el aire hago las comillas con los dedos–. No me gusta... ¡Ahg! Estúpido engendro del mas profundo infierno, ¿Por qué no puso a lavar su ropa?