Cerré la puerta dando un portazo que supongo que se oiría por toda la casa, me puse los auriculares lo más alto posible y puse mi música y me dirigí hacia el instituto con pocas ganas. Mire al reloj me quedaba una hora hasta que tocara entrar a clase.
Era un frío día de invierno pero era soportable ya que iba andando. Rato después me encontré con un parque que estaba al lado de el instituto y como todavía no quería entrar allí me acerqué y me senté en un banco lo más alejado de la puerta de ese infierno donde tenía que pasar 6 horas todos los días de lunes a viernes.
Estaba tranquila cuando escuché que gente venía desde la dirección de la puerta de el instituto pero como llevaba los auriculares puestos no los llegue a escuchar bien y cuando me di cuenta ya era demasiado tarde para irme de allí.
-¿y que haces tú aquí?- dijo uno de los chicos de el grupo que se acercaba hacia mi
-está sola como siempre, no las visto, con esas pintas como va a tener amigos- dijo riéndose la chica de la derecha.
Eran 2 chicas y 2 chicos los que se acercaban a mí pero los conseguí identificar, en ese momento me entró un escalofrío por el cuerpo
-y que haces aquí solita anneth, ¿te vas a poner a llorar?- dijo burlándose el otro chico.
-y por qué no le enseñamos un juego?- dijo la chica de la izquierda.
-¡vale! Mira anneth, este es el juego de el gato y el ratón, tú eres el ratón y nosotros el gato- dijo con mirada sería pero un poco vurlona el primer chico.
-y si te pilla el gato ¿sabes qué pasa?-dijo la chica de la derecha
-que te toca una paliza- dijo El Segundo chico
-a sí que corre niñata-dijo la chica de la izquierda.
Cogí mi mochila lo más rápido que pude y salí corriendo y ellos me persiguieron, eran de le equipo de futbol y las chicas animadoras y estaban en muy buena forma física en cambio yo no a sí que no tardaron mucho en pillarme y no pude hacer nada para que ellos no me hicieran nada.
Me caí al suelo intentando correr y los dos chicos se acercaron y me pegaron y cuando ya estuvieron satisfechos vinieron las chicas y me pegaron una patada y se fueron riéndose.
Mire la hora, eran menos diez y yo ya tenía que llegar al instituto y con un dolor que me recorría todo el cuerpo llegue a la entrada donde ellos me miraron y se rieron, entonces toco la sirena y me fui a mí clase.
