Tarde confusa

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Aquella tarde pensé que todo sería distinto, estaba sentado a las afueras de mi aula sobre la mesa en la que realizaba mis quehaceres escolares mirando jugar a mis compañeros de clase el deporte que mas me fascina. Pensaba en jamás volver a jugar baloncesto, era un motivo poco convincente, pero tenía mis razones.

Fue cuando alguien se acercó a mí y me pregunto:

-Oye vamos a jugar un momento, te necesitamos para completar el equipo.

Respondí con un no, y entre mi dije que gran coincidencia, pues no quería moverme de donde estaba. No quería jugar más.

-No, discúlpame quisiera ir, pero me siento algo mal -dije mientras colocaba mi diestra al lado de la sien-

-Bueno, está bien, espero te mejores.

Crucé mis brazos a la altura de mi pecho y continué observando el partido.

Por la tarde me fui tomar una siesta en mi dormitorio estaba sumamente extenuado, dejé la mochila en una de las sillas y me lancé como un costal a la cama y dando un suspiro prolongado me acosté mirando al tejado. Estaba pensando, y cuando empezaba a dormirme, mientras entrecerraba los ojos aparecía a cada momento un rostro muy familiar, en esas imágenes de supuesto ensueño logré ver casi su rostro, parecía una mujer, estaba casi seguro de que era una mujer, era muy linda.

-¡Allen!, ya está tu comida sobre la mesa -gritó mi madre-

Me levanté inmediatamente ese grito me dejó totalmente desconcertado.

-No puede ser siempre que estoy apunto de ver quien era me desprenden de ello, no es justo -dije en tono caprichoso y sentándome frente a la mesa para almorzar mi hermano me pregunta-

-Allen, ¿irás hoy a jugar baloncesto?, mis amigos y yo iremos, querían saber si ibas necesitamos a uno más para completar el equipo, además a ellos les gusta como juegas.

-No lo sé, tal vez vaya. ¿Mamá ya te dio permiso?

-No, pero...

-Pero nada, termina de comer y luego ve a pedirle permiso, aún no planifiques con tus amigos.

-...

-¿Papá ha llamado?

-Llamó ayer por la mañana, preguntó como estaba mamá y tú, le contesté que muy bien, le dije que ya no te ganaría en basquetbol y comenzó a reírse, me dijo que nos quería mucho y que llamaría después, que cuidara de ti y de mamá.

-Está bien, sé que lo extrañas al igual que mamá y yo, ya vendrá para vacaciones, el trabajo no lo deja descansar.

-Terminé, iré a pedirle permiso a mamá.

Sabía la respuesta que le había dado mi madre, por como venia, le dije que no se preocupara que yo la convencería de que lo dejara ir. Y fui al cuarto de mi madre.

-Mamá ¿puedes dejar ir a Williams a jugar baloncesto?

-¿Tú no irás? -preguntó él, tristemente-

-No hijo, tu hermano no puede ir sólo.

-Irá con sus amigos, no tienes por qué preocuparte.

-No Allen, estaré preocupada por él.

-Bueno iré yo, ¿lo dejarías ir?

-Bueno, pero cuídense los dos y no peleen por el amor de Dios.

-Yesss -dijo jubiloso Williams-

-Ve a bañarte y luego cámbiate.

Me volvía feliz ver contento a mi hermano, será que era mi responsabilidad cuidar de él, quizá porque lo quería mucho al igual que a papá y mamá. Pasado veinte minutos ya estaban sus compañeros tocando la puerta.

-¡Ya va!, está colocándose las tenis.

-Ya estoy listo -me dijo mientras sujetaba el balón-

-Está bien vámonos.

Love & Basketball - Sigue tus sueños, lucha por ellos.Where stories live. Discover now