Love & Basketball - Sigue tus sueños, lucha por ellos.

Una pizca de felicidad

Íbamos caminando mientras murmuraban, creí escuchar que hablaban de mí, estaba dudoso, y para quitar toda sospecha de ello me inclino a escucharlos. Efectivamente era de mí, pero eran cosas buenas, uno de ellos me pregunta.

-¿Allen verdad? –Estirando su mano-

-Si mucho gusto –Estreché su mano, no lo dejaría con el brazo estirado-

-¿Cómo haces para jugar así?

-No sé a que te refieres. –Mientras levantaba una ceja-

-Quiero decir, ¿Cómo haces para hacer todas esas jugadas?

-Pues..., las practico casi a diario, no es nada del otro mundo.

Al fin llegamos, no tenía ganas de jugar, lo había hecho solo por mi hermano, no quería que estuviese triste, se le notaba muy contento, al momento en el que lanzaba el balón de manera incorrecta, pero aun así tenía una sonrisa sobre su rostro.

-Will ven, toma el balón.

-¿Qué sucede Allen?

-Lo estas sujetando de manera incorrecta, coloca tu mano izquierda al lado del balón y tu mano derecha en la parte trasera de este, forma un ángulo de noventa grados al alzarlo lanza girando la muñeca consciente mente.

Alcé la vista, miré el aro y esperé a que lanzara tenia confianza en él, después de todo era mi hermano.

-Woooou, lo logré, ¡lo logré! *gritaba mientras saltaba*

Fue cuando me entraron ganas de jugar quería que el jugara tan bien o mucho mejor que yo. Me sujeté los cordones de las zapatillas, porque tengo la costumbre de dejarlos sueltos antes de jugar. Uno de sus compañeros le dice que debían distribuir los equipos de tres contra tres.

-Mi hermano, Jacob y yo frente a ustedes tres ¿está bien?

-Sí está bien. –Contesto con mucha seguridad y orgullo-

Comenzó el partido, ellos conservaban el balón, fui en busca de aquel cuando de pronto lanzan un pase imprevisto y canasta. No me lo esperaba fue tan rápido. Pero debía de concentrarme, volvían a sacar ellos.

-Will, conserva tu marca. Jacob tu vigílalo a él. –[Señalaba con el índice]-

-Tranquilo, lo tenemos *contestaron ambos*

Tenia que obtener el balón, fue cuando un descuido leve de mi oponente hizo que se le caiga el balón, era mio. Quise entrar a canasta con un salto y en el aire me decido a darle un pase a Williams, y es cuando dice.

-Lo tengo -y lanzó tal y como le había dicho antes-

Nuestras anotaciones seguían siendo efectivas, íbamos quince a cinco puntos, el partido era nuestro, Williams y Jacob estaban contentos, sin embargo sus otros compañeros no.

El sol se empezaba a esconder el cielo se tornaba color naranja, un tono rojizo y los veía agotados a ellos, no tenían mucha costumbre jugar, entonces como les explico que acabo el partido era la idea que navegaba por mi mente, a ellos no les gustaría haber perdido.

-Oigan ya es tarde, debemos irnos, sus madres deben estar preocupadas, otro día volveremos a jugar.

Pensé que se negarían, sin embargo, no fue así.

-Está bien –dijo Jason, (uno de los compañeros de Williams)-, pero les ganaremos en el próximo partido.

-No lo creo, no nos dejaremos ganar. –dijo riendo Williams-

Nos dirigimos fuera del coliseo de la cancha, nos despedimos con un apretón de manos, estaba exhausto quería llegar a casa tomar una ducha, alojarme en mi habitación y echarme a dormir.

-Me duelen las piernas –dijo Williams cojeando levemente-

-¿Quieres que te lleve cargado? –le pregunté en tono de broma-

-No gracias, estaré bien.

Llegando a casa recordé aquella silueta de la mujer que había visto en mi sueño, quería saber de quien se trataba, me tenía totalmente intrigado.

Una vez que terminé de bañarme me fui a mi habitación con el deseo de tal vez volver a soñar con ella era raro pues era alguien a quien nunca antes había visto.