Existen más de mil maneras de querer a alguien. Están los que quieren sin querer, los que se proponen querer, los que nunca llegan a querer, los que siempre creen que quieren, los que quieren “como nunca” una y otra vez, los que nunca quieren como alguna vez quisieron, los que aparentan querer, los que quieren para siempre, los que quieren y no quieren al mismo tiempo, los que quieren por etapas, y está la gran mayoría que es la que quiere según ese alguien. Pero por sobre todo, están los más difíciles de reconocer (y los peores queriendo) que son los que solo quieren ser queridos porque solo se quieren a sí mismos. Estos no saben lo que verdaderamente es querer y, simplemente, no les interesa averiguarlo.