Microencuentro.

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La mesera me sirve café, le pido que ponga dos. Golpeo la mesa con los dedos, impaciente. Me bebo el primero y pido el segundo; el tuyo se enfría. Estoy que me muero por verte. Me bebo tu café; pediré uno nuevo al verte cruzar la puerta.

Desesperado, abro el periódico y me encuentro con la nota que cuenta que han encontrado tu cuerpo desnudo, al lado de la autopista, junto a tu teléfono, que ahora vibra al recibir mi llamada.

* Dedicado a todas esas mujeres que no regresan a sus hogares.

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