– Amy, deberías irte o no llegaras a tiempo para subirte al camión del campamento. – Gritó mi Madre, como siempre, yendo de un lado a otro.
– ¡Ya voy! – Grité desde mi cuarto mientras tomaba mi mochila con todas las cosas necesarias.
La verdad no estaba muy emocionada con ese campamento, pero necesitaba irme, alejarme de los problemas por un tiempo y aclarar mi mente.
Down, mi novio, había estado presionándome para que tuviera relaciones sexuales con él y últimamente se había puesto muy violento conmigo. Intente terminarlo, pero ese mismo día fue a llorarle a mi Mamá, quien hizo que le pidiera disculpas y que regrese con él ya que desde que lo conoció pensó que era el indicado para mí por todo lo que le contó sobre su familia. No lo quiero, ni siquiera me gusta y tampoco tengo porque soportar sus malos tratos así que había planeado algo para que él mismo me termine y me dejara en paz.
Unas semanas antes, Nicky, una buena amiga, me había presentado a Ryan, el cual no era mi tipo, pero era guapo, bronceado, castaño y tenía ojos cafés. Él estaba interesado en mi así que hice la cosa más inmadura posible, le dije que también estaba interesada en él y lo había besado enfrente de Down, quien estaba tan obsesionado conmigo que no le importo nada de eso.
– ¿Por qué lo besaste? – Me había preguntado Down, parecía un volcán apunto de hacer erupción.
– Porque me gusta. – No me había importado mentir con tal de quitármelo del camino. No lo odiaba, pero tampoco lo quería como novio. Antes creía que era un buen chico, pero luego me comenzó a tratar como basura, a amenazarme, a subirme la voz.
– ¿Y yo? ¡Te recuerdo que soy tu novio! – Chilló exaltado, con la cara roja y apretando la mandíbula. Se notaba a kilómetros que había perdido la calma.
– No por elección mía. – susurré de manera que fuera inaudible para él y con la mirada en el piso.
Mi madre era quien había quedado de acuerdo con él para que sea mi novio, no les había importado mi opinión ni mis sentimientos. Si estaba en este problema fue por elección de ellos, aunque también mía por no haber sido lo suficientemente valiente como para enfrentarlos.
– Está bien, haremos como si nada de esto hubiera pasado. – Se acercó y me beso, no lo negaré, sabia besar, pero odiaba cuando lo hacía conmigo. Me hacía sentir miserable, no lo amo y no encuentro la forma de hacerle caer en cuenta de eso.
– ¡Amy! – Exclamó feliz Ethan al verme llegar. – Tonta, creí que no llegarías y me dejarías solito con estos desconocidos. – dijo con el ceño fruncido mientras hacía un puchero, lo cual me hizo estallar en carcajadas.
Ethan es un buen amigo, no tengo mucho de conocerlo, pero en verdad le tengo confianza, además de que es muy agradable y gracioso.
– Justo estaba pensando en dejarte plantado, pero recordé que dijeron que habrá comida gratis y que no puedes vivir sin mí, y como soy buena amiga aquí estoy. – Giñe el ojo derecho mientras hacía un ademán con las manos.
– Hablando de comida, le dijeron a mi Mamá que nos dejaran sin cenar hoy. Se supone que es para que aprendamos a valorar lo que tenemos, pero sabes que no somos nada sin comida, así que antes de que llegue el autobús. Vamos a comprar algo y nos escabullimos a comer en la noche.
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Habernos citado en un parque no había sido una gran idea. Al principio creí que sí, ya que solo tenía que cruzar el carril para llegar, pero cambié de idea cuando mire el cielo y me encontré con nubes grises y a los pocos segundos sentí gotas mojando mi cara.
– ¡Atención! Chicos, nos acaban de avisar que el autobús no llegara debido a la lluvia, así que haremos esto, ya que somos menos de veinte personas y tenemos tres autos los llevaremos en ellos. – Dijo el coordinador mientras todos se acercaban a él y a una señora a su lado a preguntarles sobre sus respectivos lugares.
– Disculpe, ¿Nosotros donde podemos ir? – Me acerqué a preguntar, debido a que si me quedaba esperando nadie me diría nada. Carajo, mi mala suerte cada vez está peor. Fácilmente pude haber ido a mi casa a pedirle a mi Mamá que nos dejé a Ethan y a mi ahí, pero los coordinadores nos habían dicho desde el principio que no podíamos movernos de donde ellos. De hecho, nos habían dado un buen discurso cuando regresamos de comprar.
– Bueno, tú. – Señalo a Ethan. – Iras conmigo, y tú. – Me señalo. – Iras con Leslie.
– ¿Quién es Leslie?
– Oh, ella está justo ahí. – Señalo a una chica, probablemente de unos veinticuatro o veinticinco años, junto a una motocicleta.
Siempre me han fascinado las motocicletas. Sentir el viento en la cara me hacía sentir como un lindo pajarito que recién está conociendo la libertad, pero justo ahora estaba de coño ir en motocicleta hasta casa de la china. Porque como dije, esta ¡Lloviendo! De todas maneras, ¿Tengo otra opción? Por supuesto que no.
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– Pues ya llegamos. – Por fin, estuve todo el camino esperando a que dijera eso y así, cuando menos cambiarme la ropa. – Mira, ahí puedes llevar tus cosas, revisaran lo que traes y lo etiquetaran con tu nombre. – Rayos, verán mi tanga de panditas. – No te preocupes, ellos lo llevaran hasta la cabaña donde te quedaras. – Asentí al mismo tiempo en que me daba la vuelta para ir a donde me había indicado. Después de eso mire a todos lados, solo conocía a Ethan aquí así que necesitaba encontrarlo.
– Disculpa, ¿No te han asignado un lugar? – Negué con la cabeza con una mirada de confusión. – Les daremos la bienvenida y haremos algunas actividades. Puedes sentarte aquí, algunos puestos tienen nombre, pero son de los chicos que vinieron desde la mañana.
– Esta bien, muchas gracias. – Me dirigí a donde me había señalado y efectivamente, algunos puestos tenían nombre, algunos de ellos un poco raros. De nuevo busqué con la mirada a Ethan y lo encontré. Es probable que haya sentido mi mirada ya que giro su rostro y se hizo unas señas seguidas de una serie de muecas graciosas lo cual me hizo retener una carcajada.
Puse la mirada al frente para poner atención a la persona que estaba hablando, pero vi una cara familiar en la fila de asientos del frente. Sus ojos me lo recordaban, con esas lindas gafas cuadradas. No del todo, pero ese chico tenía unas facciones parecidas a mi hermano.
El hermano que tenía, pero no me quería. El que siempre me había rechazado, el que nunca en la vida me había hablado y eso era algo que yo anhelaba profundamente. Entonces me fije en la tarjeta con el nombre del chico.
Nate Dorson, lindo nombre.
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NA: ¡Hola, hola, hola! BIENVENIDOS❤ Me llamo Aury Danahi, pero díganme Dana.😁
Estoy muy feliz ya que esta es la primera historia que publico aquí y la única en la que he puesto todo mi esfuerzo. Realmente espero que les guste esta historia.
Sé que este capitulo esta un poco aburrido, pero era necesario, ya que esta es una historia basada en algo real.😉
Las partes en cursiva son flashbacks.
Nos leemos luego😚
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Notas para Nate ©
Roman pour AdolescentsElla es castaña, algo muy común para su gusto. Tiene ojos almendrados, aunque hubiera deseado tenerlos de color verde. Ella ama el frío, dice que es algo inigualable. Ama tomar un delicioso chocolate caliente mientras lee un buen libro. Ella tiene 1...