La Apuesta. [Leondre Devries]

#16

- ¿Quieres algo de tomar? - niego con la cabeza - Ariana, es una fiesta, no un maldito velorio - dice Charlie.

- No tengo ánimos, ¿sí? sólo... déjame...

Leondre;

Miraba a Ariana desde donde estaba sentado.

Hablaba con Charlie pero se veía triste...

Su mirada no era la misma de antes.

Recargó sus hombros en la mesa y sus mejillas en sus manos.

Miraba hacia la nada.

Sola.

¿Debería hablar con ella?

Flashback.

- ¡Ariana te vas a caer! - digo por mil veces - ¡cuidado!

Cae encima de mi, me mira y me besa delicadamente.

Fin flashback.

¿Por qué no puedo regresar todos esos momentos?

Ella ahora me odia.

Se ve en su mirada.

- Leo... leo, ¡leondre! - interrumpe mis pensamientos Blaire - ¿vamos a bailar?

- Mejor... ve tú, mira, allí está tu hermana, debo ir al baño - sonrío.

Ella se va.

Todos están bailando.

Las únicas mesas con "personas" es la mía, sólo yo.

Y la suya, sólo ella.

Ya que los demás estaban ocupados, fui con ella.

Ni siquiera me miraba.

Caminaba poco a poco... llegué a ella.

- Hola - dije.

Me miró, se paró de su asiento y iba a irse.

Pero esta vez no.

Esta vez no sería así.

- ¡Me lastimas! - dijo y quitó mi mano de su brazo.

- ¿Podemos hablar?

- ¿Para qué? - me miró desilusionada - ¿es acaso otra de tus bromas? - sonrío sarcásticamente, y eso me dolía.

- Sólo... ven, acompañame.

La lleve a la tercera planta del edificio.

Era el exterior.

Hacía un poco de frío.

Se sentó en una mesa y yo me senté en frente de ella.

No había nadie.

Sólo se escuchaba un poco la música.

- ¿Y bien? - se aclaró la garganta - ¿para qué vine aquí?

- Hablar - contesté.

- ¿De?

- Lo nuestro - susurré.

- Nunca existió un "nuestro" Leondre - respondió fría.

- Yo se que me odias, que soy un imbécil por no ver a la clase de chica que tuve en frente, pero si me dejas explicarte lo que realmente pasó tal vez, y sólo quizás seria diferente - ella me miraba fijamente - cuando recién te conocí... me agradaste, sí. Pero Alex me vio contigo y me dijo que tenía que enamorarte, lo hice - sus ojos se cristalizaron - pero no fue un juego ni una simple apuesta, en el tiempo que te conocía... cambió mi forma de ver, mi forma de pensar, mi forma de vivir - dije - mi... mi forma de amar.

- ¿Entonces, por qué lo hiciste? - dijo con un hilo en la voz.

- Yo me enamoré de ti, desde el primer instante donde choqué contigo, desde que te vi, pero al saber que tu estabas enamorada de Max me mataba, quería que te fijarás en mi y solamente en mi, sentía celos cada vez que te miraba y sabía que pensabas en el, sentía rabia al reconocer que lo querías a el y que nunca me ibas a querer como a el, sentía tristeza de que el pudiera ocupar tu amor cuando yo lo necesitaba, cuando yo lo quería, porque me enamoré y estoy enamorado de ti, y cuando tuve la oportunidad de que ese amor fuera mío desaproveché esa oportunidad, pero te amo, sí. Estoy seguro que te amo, más que ayer, menos que mañana, pero siempre te amaré, es muy rápido para decir un "te amo", sí. Tal ves así lo sea, pero, te juraría que cruzaría lo que fuera sólo para estar junto a ti.

Ella sonrió.

Sonrió.

La sonrisa más honesta que jamás haya visto.

La sonrisa más hermosa que jamás veré.

- Lo siento si te hice daño - contesté.

No me miró, bajó la cabeza.

Mordió sus labios al tener frío.

Pues si, soy imbécil. Estamos en la terraza, hace mucho frío y ella trae vestido.

Me quité mi chamarra y me paré de mi asiento, fui donde ella y me hinque, le puse mi chamarra y sonrió, de nuevo.

Esta era la sonrisa que quería ver hace meses.

Esta sonrisa era lo único que necesitaba.

Tenía mis manos en sus hombros acomodando bien mi chamarra en su espalda.

Ella tocó mis manos.

- ¿A esa idiota intentas convencer de que tú y yo somos pasado? - rió.

Se acercó a mi.

Y de un momento a otro, sentía sus labios chocar con los míos.

Sus labios se movían en coordinación con mis labios.

Como si estuviesen hechos para mi.

Y sólo para mí.