CAPÍTULO 2: TODO POR UN CONSEJO

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Antes que nada tengo que decir que K PROJECT no me pertenece. Solo me pertenecen los OC y la historia.

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"Un par de zapatos pueden cambiar tu vida, sino pregúntale a cenicienta."

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CAPÍTULO 2: TODO POR UN CONSEJO

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[SAYURI POV]

El día era brillante los rallos de sol traspasaban la ventana mientras se escuchaba el canto de los pájaros mientras pensaba que hoy sería un gran día, una mierda, el día estaba nublado, los pájaros parecía que les había salido alas porque se habían largado, a no espera que ya las tienen, entonces no tiene sentido, bueno dejémoslo, a lo que quiero llegar es que el día es una mierda. Principalmente porque no había conseguido dormir por los nervios y ahora parezco un jodido mapache, si, todo un día increíble. Pensé para mí misma mientras terminaba de colocarme la última parte del uniforme. Llevaba una camisa de botones blanca y encima de ella un suéter de color azul marino casi negro, una falda negra con unos shorts también negros debajo, la cual llevaba más por el reglamento escolar que por otra cosa porque si no ya estaría ardiendo en algún lado, y no, no es porque me guste hacer arder las cosas, pero si mi padre la encontraba conseguiría que de alguna manera me la pusiera, os lo digo enserio ese hombre no descansaría hasta que lo consiguiera. Tras comprobar de que llevaba todo puesto, y si digo comprobar es comprobar, porque con lo medio dormida que estoy capaz de ir a la escuela en pijama sin darme cuenta, y lo digo en serio para mi mala suerte una vez me paso, y lo único que puedo decir es que no fue una memoria muy agradable. Intentando ignorar eso volví a mirarme al espejo, mi cara era redonda con una pequeña nariz, mis ojos eran azul cían, mi cabello era completamente negro, el cual me llegaba hasta la espalda, lo tenía recogido en dos coletas un poco bajas. Tras terminar de inspeccionar que estaba todo agarré mi mochila roja con emoticonos por todos lados del comecocos y los fantasmas de color negro con un diseño pixelado. Lo primero que encontré al bajar a mi hermanastro Akio, el cual iba a la universidad, al parecer Daiki el hermano menor tenía que levantarse a las ocho y media y no a las seis, chico con suerte. Mi padre y mi nueva madre prácticamente estaban trabajando asique era difícil verlos, sobre todo que usaban una gran parte de su tiempo libre para pasarlo juntos. Akio era un chico alto de uno ochenta, cabello negro y ojos achocolatados, era bastante guapo, creo, por lo menos recibía unas cuantas miradas cuando íbamos a hacer las compras.

- Buenos días – murmure mientras cogía una taza de y me echaba en ella café y leche, y escuchaba un gruñido de respuesta, el pobre tenía malas mañanas, si no fuera porque en esos momentos yo pareciera un mapache por mi falta de sueño me apiadaría de él. De algo de lo que me había dado cuenta a lo largo de mi estancia aquí es que todos los integrantes de la familia podían hacer las cosas por si solos y eran un tanto independientes incluso el pequeño Daiki aunque en menor medida ya que Akio se encargaba de él, lo entendí bastante, tanto ellos como yo teníamos un padre que trabajaba bastante y casi no estaba en casa. Tras terminar de beber el café y dejarlo en el fregadero para más tarde agarrar el bentou que había preparado la noche anterior, me dirigí hacia la salida y decir un pequeño 'adiós' a mi hermanastro que seguía tomándose la taza de café a un ritmo más lento, y a cambio recibí otro gruñido de su parte.

- Como sigas así al final vas a hacerme creer que tengo un perro por hermano – comenté mientras me dirigía hacia la entrada, y lo único que recibí fue otro gruñido – Luego no me culpes si recibes un juguete para perros en tu cumpleaños, y te prometo que lo aré me ahorraría bastante dinero.

La escuela era bastante amplia, tenía un amplio patio, y creo que me hubiera perdido al ser mi primera vez en a escuela si no fuera por el hecho de que estaba siendo guiada por uno de los profesores, bueno en realidad me hubiera perdido de todos modos, ya me perdí incluso para llegar aquí, según las explicaciones de Akio mi escuela estaba a diez minutos de casa, incluso después de que Daiki me hiciera un paseo el fin de semana hacia la escuela, del cual se suponía que me acordaba pero después de haber tardado cuarenta y cinco minutos en llegar no estoy tan segura, junto con otros quince minutos para encontrar la sala de profesores, desde que tengo memoria he tenido un gran problema y ese es que no puedo caminar en línea recta sin perderme, incluso en ocasiones me pierdo en mi propia casa, pero en mi defensa diré que solo he estado viviendo en ella durante una semana. El profesor al cual vi como un ángel reencarnado en el momento en el que dijo que el me llevaría al aula. El cual tras llegar y llamar a la puerta y entrar para notificar mi llegada a el otro profesor que estaba dando clase en lo que yo supongo que es mi nueva clase mientras esperaba fuera de esta. Cuando el amable profesor había terminado de hablar con el que estaba impartiendo la clase, para luego salir de esta y decirme que podía entrar tras escuchar que el único profesor que quedaba comentaba a los demás alumnos que iban a tener un nuevo compañero de clase, antes de hacerme pasar y maldecir a todo lo que podía mentalmente por tener a todas las miradas puestas en mí mientras me ponía enfrente de todos. Y pude notar como la gente enfrente de mí empezaba a murmurar entre ellos, haciendo que los quisiera arrancar a cabeza a unos cuantos al escuchar lo que decían.

Primeras malas impresionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora