Capitulo 1

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Robyn.

Mi nombre es Robyn.

He estado encerrada por 1456 días.

No tengo nada. Además de veinte metros cuadrados de hormigón. Una pequeña bata que cubre mi cuerpo y una cama de hierro.

Doce pequeños frascos que ingiero cada doce horas. Dos en el desayuno, tres en la cena. No existía el almuerzo.

No tengo idea en donde estoy.

Fui arrancada y trasladada de mi hogar por tres hombres. Subida a la fuerza a una furgoneta y un viaje de doce horas. Se que fui esposada, maltratada y luego sedada cuando desperté en la habitación. Se que mis padres nunca se molestaron en visitarme. Se que no llore y tampoco me sentí culpable.

Se que huele a lluvia.

La habitación esta pesada con el aroma a humedad. El aire es frio y terroso. Presiono la palma de mi mano contra el pequeño panel de vidrio opaco. Estaba sola.

El sol se deja caer y el lugar esta oscuro de nuevo. Ya es de noche. No hay ventanas, solo piedra, hormigón y pintura gris desconchada. No hay tantos gritos, como los había antes. El lugar estaba en completo silencio y me agradaba.

A veces creo que soy la única que esta aquí. Que fui abandonada cuando mudaron el lugar; que fui perdida. Que fui olvidada.

Cierro mis ojos ante el sonido de un suave golpeteo. Gotas de lluvia caen tropezando en las afueras. Me pregunto acerca de cómo debe sentirse las gotas caer en tu rostro. Aun tengo vagos recuerdos del otro mundo al otro lado del hormigón. Estoy sentada en el suelo que huele a limón barato. Mis ojos están adoloridos y poco focalizados por la oscuridad. Mi dedo trazando un lento camino en la pared húmeda y fría.

Tengo miedo.

-Robyn.

Un crujido y dos golpes en la puerta me toman por sorpresa. Estoy erguida en un instante.

Una mujer se presenta en la habitación. Llevaba una camisa blanca y un pantalón verde pastoso al igual que todos en el establecimiento.

Junto sus manos y camino a donde yo me encontraba. Muerdo mi labio he intento enfrascarme en la oscura esquina-¿Sabes que día es?

 19 de Mayo 1956. Cuatro años desde que fui depositada aqui.

Niego.

Ella ríe. Veo como retrocede unos pasos para luego llamar a un hombre mayor, este abre camino a donde me encuentro y me toma de mis brazos. Una de sus manos toca mi pecho izquierdo con consentimiento. Siento asco... pero no tengo fuerzas.

-¿Sabes quien soy?

Tardo en responder- No.

Alter Ego HSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora