Capitulo 2

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Harry.

-No puedes hacerme esto- hable con recelo. No podía.

Me siento por la ventana y miro la lluvia, las hojas y el cielo caer. Las personas entran y salen pisando fuertemente a través de los charcos, arrugando hojas y manchando el piso del vestíbulo. El clima era agradable.

-Vamos Harry.  Es una paciente.

Becca extiende su mano para entrelazarla conmigo. En vez de eso, ignoro la petición y miro a las aves revoloteando en el techo vecino. Ella frunce el seño- a veces pareces de nueve años.

Se sienta a mi lado y se apoya contra la pared. Echa un pequeño vistazo a la libreta colocada en mi mano. Cierro el diario y lo coloco debajo de mi hombro.

-¿Harry? ¿Escribiendo un libro?-sonríe-Esto es una novedad.

-No.- No estoy escribiendo un libro.

Me giro para encontrar sus ojos.

-Deberías- susurro cerca de mi rostro. Sin embargo levantando un dedo; lo coloco en su frente interfiriendo su cercanía de mi hasta colocarla en su lugar.

-Quizás, compañera.

Me levanto y retrocedo unos pasos. En lugar de escuchar una maldición, escucho como la puerta del vestíbulo se abre en un golpe seco. Giro mi vista y me toca cinco segundos hasta percatarme de que había un paciente. Becca está quieta, en silencio, perfectamente arma y mecánica en sus movimientos por cualquier circunstancia. Uno de los enfermeros nos mira. Lo veo moverse deprisa, rápido, con cuidado alrededor de la habitación.

-Ah, señor Styles. Un honor tenerlo aquí-sonrió. Siento mis dedos apretar una mano temblorosa y morena.

-El gusto es mío

-Ya recorrió las instalaciones-niego-muy bien. Estaba de paso, si lo desea, puedo mostrar el lugar.

-Sería un gusto- habla Becca

El hombre levanta su pecho al percatarse de la mujer. Baja su cabeza. Está mirando sus labios estudiándola de una manera extraña- ¿Quién es la joven dama?- Pregunta arrogante.

-Becca Schneider- extiende su mano con el fin de estrecharla con el enfermero- compañera del señor Styles.

Sonríe- Un placer señorita Schneider -Se desenredan las manos y nos miramos- ¿Listos entonces para conocer el lugar?

Asentimos.

***

Miro alrededor y nos adentramos en lo que parece un salón de visitas. Piso de cerámica gris. Paredes blancas y marcos azules. Unos que otros cuadros. Pocas ventanas. La gente estaba hablando. Y unos que otros pacientes se encontraban parpadeando a su taza de agua, sosteniendo la servilleta en las manos, plegando y replegándola. Sus familiares los miraban suplicantes. Me muevo mecánicamente a donde Becca sigue- con una charla agradable- al enfermero. Entramos al comedor. El cual después del desayuno; está prácticamente vacío. Algunas familias todavía están diciendo su último adiós. Me encuentro de camino a otro enfermero. Se ve como el infierno. Los ojos cansados, cara pálida, las manos temblando. Y lo peor es que llevaba sangre en sus guantes. Todavía estoy mirándolo con asombro, tratando de encontrar una lógica, cuando el moreno lo ataja. Habla en susurro. Trata de ser amable, pero esta claro que está tratando de alejarse de Becca.

Alter Ego HSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora