Capítulo 1: Llegada a España

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Capítulo 1: Llegada a España.

Mirando por la ventanilla del avión me di cuenta que ya estaba en mí destino. España. Un nuevo comienzo, una nueva vida lejos de todos y todo lo que conozco, amigos, familia, hasta problemas. No sé qué es lo que me tiene preparado mí destino a partir de ahora, quizás nuevas experiencias, nuevos amigos quizá. Solo espero poder salir adelante.

El avión comienza a descender, aquí vamos.
Una vez que bajo del avión e ir a por mi equipaje busco un taxi. Necesito ir a mí hotel. Uno que reservé dos semanas antes de partir.
Una vez que consigo el taxi le indico al conductor mí dirección.

-Buenos días, necesito ir al hotel... Paradis. ¿Lo conoce?- Dije al conductor, un hombre de unos 50 años, parecía alto, tés blanca y ojos cafés.

-Por supuesto señorita --Me respondió mostrandome una sonrisa a través del retrovisor.

-Gracias --Fue lo único que dije, a veces suelo ser un poco seca con las personas, pero tengo mis motivos.

Mientras me dirigía hacia mí hotel, no pude evitar mirar por la ventanilla del taxi. España es hermoso. Una ciudad de ensueño, ya quiero recorrerla.

-¿Señorita? --Escuche al conductor decir.

-¿Si? -Dije volviendo mi mirada hacia él.

-Es nueva aquí, ¿Cierto? --Me preguntó a través del espejo.

-Así es --Le respondí quitándole importancia y volviendo mí mirada hacia la ventana. Soy un poco insegura y no suelo revelar mis cosas a cualquiera, nunca se sabe en quién se puede confiar.

-Oh, ya veo. Y dígame, ¿De dónde viene? -- Bufé.

-De New York. --Le sonreí.

-Claro, es una gran ciudad --Dijo estacionando el coche.

Al mirar hacia mí derecha noté el hotel Paradis. Al bajarme no te algo raro en el. Desde aquí afuera no se veía absolutamente nada hacia adentro, raro, sí.

El chófer se bajó y abrió el baúl, sacó mis valijas y me miró extrañado.

-Señorita, ¿segura que este es su hotel? --Soltó con un pequeño tono de preocupación.

-Sí, este es. Gracias por traerme --y le extendí el dinero.

-Muy bien, hasta luego y que tenga buen día --Subió al coche y se fué.

Me giré y me acerque a las puertas del hotel, pero al querer abrirlas, no pude, estaban cerradas. Es raro ya que un hotel no estaría así a estas horas. Me incliné para mirar a través del cristal hacia el interior pero nada. No entiendo.

Mientras buscaba una explicación para esto un chico que iba caminando por la vereda se percató de mí insistencia en entrar y se acercó hacia a mí.

-Hola, ¿acaso quieres entrar aquí? -- Dijo un poco confuso.

Lo miré, no era feo. Su piel era blanca, ojos color miel, cabello rizado y un poco mal alto que yo.

-SÍ --Le dije después de unos segundos. -¿Sabes se está cerrado? --Pregunté mirados las enormes puertas.

-Pues claro que está cerrado --Dijo en tono burlón -Este hotel no funciona ya hace varios meses.

Esperen, ¿¡Qué!?

-¿Como que cerrado? --Dije con un poco de furia -Yo hice una reservación hace unas semanas, me cobraron Ud$2.500 dólares!. --No puede ser cierto.

-Bueno creo que te han estafado --Dijo rascándose las nuca.

Cómo es posible que haya caído. Pagué tanto y resulta que me estafaron, genial, primer día en este lugar y mí mala suerte ya se hizo presente. Mis padres me van a matar. Hoy no es mí día.

Dime si te Quedarás Conmigo. [ACTUALIZANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora