El reloj marcaba la 1:20 pm., entraba a la 1:30 al colegio. nos formamos para entrar, las filas estaban acomodadas por grado y grupo, quedando al lado del mío que es 2°A, 1°B.
Pasamos, pero a medio patio cívico se me resbaló mi moño.
-Aquí tienes.
-Oh gracias- Levanté la mirada y era Gerardo. -Ay, ¡Hola! ja gracias Gerardo!
-De nada Katy.
Yo solo sonreí.
-Bueno, falta algo para entrar, ¿Qué tal si vamos por unas paletas?
-Claro, está bien.
Llegamos a la paletería.
-¿Qué les damos?
-Una paleta de chocolate y una de jamaica, por favor- Dijo él.
Nos dirigimos a las bancas en el pórtico y platicamos sobre tonterías, en eso sonó el timbre.
-Bueno, nos vemos en receso.
-Claro que sí -Contesté
Las clases transcurrieron normal, pero de alguna manera yo solo ansiaba el receso para poder ver a Gerardo.
Llegó la hora del receso, en cierta forma lo busqué, pero jamás lo encontré....Finalmente terminaron las clases y me apresuré a recoger mis cosas, miré la hora, apenas eran las 7:10 pm.
-¡Katy! -Alguien me tomó del hombro.
-Ja, Gerardo, eres tú.
-Sí, hey disculpa, en el receso estuve hablando con el director, y no me pude reunir contigo.
-Ah ok, no te preocupes...¿y de qué hablaron? Si no es indiscreción.
-Para nada, lo que sucede es que acabo de llegar de Estados Unidos y hubo un problema con mis papeles, ya sabes, allá solo llevo un apellido, y aquí necesito ambos.
-Sí por supuesto.
-Y citó a mi abuela a venir mañana.
-¿Por qué tu mamá no viene? -pregunté, pero desearía no haberlo hecho jamás.
-Eh....bueno... -noté que sus ojos comenzaron a cristalizarse un poco y su voz bajó notablemente de tono.
¡Plummmmm! Era el cláxon del carro de mamá, y ahora si agradecí que llegara puntual.
-Lo lamento, me tengo que ir, nos vemos mañana-le sonreí, y el me devolvió un guiño.
-Hasta mañana.
Llegué hasta mi recámara, me puse mi pijama, hice mis deberes, cené, me lavé los dientes, y me recosté para dormirme.
-¿Qué pasará con su mamá?, ¿por qué no me respondió?, ¿y esa cara?
Esas y otras incógnitas fueron las que me llevaron a mi largo y profundo sueño.
A la mañana siguiente todo pasó normal, llegué a la escuela, pero esta vez no lo vi, así que me dirigí a mi salón de clases; se acabó el día y ni en la salida pude verlo.
-Que día tan fome -malo/aburrido - pensé.
Y así llegó el jueves y no había ningún rastro de Gerardo...¿que sería de él?
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Una historia -s-i-n- con final
RomanceEsta es la historia de Katy, una chica de 14 años que cursa su segundo grado de secundaria; ella se tiene buena relación con sus compañeros de clase, una persona valiente, inteligente, responsable, algunas veces tímida, pero sobre todo, no teme most...