Capítulo V

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Ya saben qué hacer cuando vean el *

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Cerré la puerta del Impala asegurándome de no agregar arrugas a mi camisa. Hoy era viernes, lo que significaba una salida "no muy formal pero algo formal" a algún restaurante nuevo; iríamos a una pizzería que estaba en las afueras de la ciudad, luces bajas, estilo rústico, algo que mi mamá aprobaría, en especial para una noche como la de hoy, porque créanlo o no, había reunido el valor suficiente para pedirle a Cas que fuera mi pareja. Por fin.

Sentí mi celular vibrar por un mensaje, Castiel me decía que bajaba en cinco minutos y que me veía espectacular. Ja. Iba a disfrutar mucho nuestras salidas cuando estuviéramos casados. Woah. Me detuve de repente. ¡¿De dónde vino ese pensamiento!? Apenas le voy a pedir al tipo que sea mi novio, no pudo estar esperando casarme con él tan pronto, ¿cierto? Dejé de pensar en eso en cuanto escuché la puerta del edificio abrirse y cuando vi a Cas con una camisa azul oscuro y una corbata negra, traía su confiable gabardina y nunca lo había visto tan atractivo.

- Podemos irnos ya, Dean.

- Por supuesto. Pero antes,- tomé su mano y lo acerqué a mí, besé su frente y lo abracé, con la repentina urgencia de preguntárselo en ese instante.- ¿Cas?

- ¿Mmhm?- alzó su mirada azul y mi aliento se cortó.

- Te ves increíble hoy.

- Siento que no me estás diciendo algo, Winchester.

- Vamos a cenar, Cas.

Le abrí la puerta una vez más y rápidamente regresé a mi lugar de conductor, arranqué a mi nena y salimos al restaurant.

- ¿Confirmaste la reservación?- pregunté con impaciencia.

- Ajá, hoy temprano.

- Bien.- mi celular vibró en medio de nosotros, por mi manía de ponerlo en el portavasos.- ¿Puedes ver quién es?

- Claro.- dijo y tomó mi teléfono para revisar el mensaje- Samantha dice "Buena suerte hoy."- vi de reojo su reacción, que era prácticamente de confusión.- ¿Qué vas a hacer hoy para que tu hermano te desee suerte?

- Ya sabes,- susurré un poco apenado.- salir con el chico que me gusta siempre adquiere cierto grado de nerviosismo. Mi hermano me conoce muy bien.

- Oh.- fue lo único que dijo, pero pude ver debajo de esa mirada seria, un poco de entusiasmo.

- Llegamos.- dije al entrar al estacionamiento. Salimos del coche y encontramos el elevador, subimos y presionamos el segundo piso, la puerta metálica se abrió y entramos a un lugar realmente encantador.

- ¡Vaya! - dijo Cas a mi lado. Un mesero con pinta de no haber dormido bien se acercó a nosotros, con una pequeña carpeta negra entre las manos y una sonrisa amigable.

- Buenas noches, señor Novak. Mi nombre es Adam y tendré el gusto de atenderlos ésta noche.- nos dio la espalda y caminó hacia la parte posterior del lugar, guiándonos a nuestra mesa.

Cas se sentó y comenzó a ver la carta, me senté junto a él y de inmediato sentí su pierna moviéndose arriba y abajo con mucha velocidad, señal clara de que estaba nervioso. Me le quedé viendo con la esperanza de que se diera cuenta y me dijera lo que estaba pasando, pero parecía estar decidido a no verme a los ojos. Cuando me rendí y comencé a leer la carta, noté la ansiedad que muy bien controlada estaba en mi pecho había empezado a subir por mi garganta, y sin querer que arruinara la noche, mis tarareos de Metallica sonaron suaves en la mesa.

Entre espejos y cancionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora