Capítulo 4

357 47 15
                                    

Aquella diosa que tenía unos orbes verdes en los que podías sentir como el color te atrapaba y te arrojaba a un sinfín de pensamientos se posaron sobre los de Osomatsu, sonrió con levedad y luego le señalo.

– No puedes hacer daño aun humano por una pelea entre demonios entiendes Osomatsu. – Menciono la diosa dando una mirada con el ceño fruncido a aquel demonio, Osomatsu le miro sorprendido con levedad pero poco después se recompuso y negó con la cabeza – No te metas en asuntos que no te corresponden – amenazo con y volvió el arma contra la Diosa que aún estaba posada sobre ellos, Choromatsu negó con la cabeza y chasqueo los dedos, cuando esto paso Jyushimatsu el arcángel que escoltaba a la diosa desapareció de su lado y apareció aun lado de Osomatsu asestándole un fuerte golpe con aquel bate que portaba, no, no se había teletransportado, es solo que aquel joven de orbes dorados como el sol se movía a una velocidad impresionante por eso estaba a cargo del cuidado de la Diosa y la Diosa estaba encargada de proteger a Karamatsu ya que él era uno de los pocos humanos elegidos para ascender a algo más grande en el momento de su partida, pero, este aún no debía ser su momento.

Osomatsu salió disparado contra uno de los árboles de la lejanía, con tanta fuerza que este se partió y dejo al joven demonio sobre el suelo, el arcángel se encontraba a un lado con aquella sonrisa típica que le caracterizaba de oreja a oreja, estaba apuntando con su bate a el demonio en caso de que este planeara hacer algo, pero Osomatsu solo se estaba quejando en el suelo y su espada había caído en las lejanías – Es suficiente con eso Jyushimatsu-kun – menciono Choromatsu y luego este mismo bajo hasta donde Karamatsu e Ichimatsu se encontraban. – Eres un buen hombre Karamatsu – menciono la diosa y le tendió la mano – Pero no deberías confiar en todo lo que te dicen – por un momento fulmino con la mirada al maltratado Ichimatsu, pues era más que obvio que las deidades como él se alejaban lo más que podían de esos seres y por obvias causas le despreciaban. – Debes cuidarte y debes entender la importancia de tu puesto en la Tierra. – Explico al sacerdote, pero Karamatsu negó con la cabeza – con su debido respeto mi Diosa, lo comprendo y es por eso que he ayudado a Ichimatsu, es por eso que todo esto está ocurriendo, es el flujo de la vida y es mi destino. – dijo levantando la mano hasta su pecho – Yo puedo cumplir con su voluntad como lo he estado haciendo hasta ahora, pero no me pida dejar a un alma al que se le puede ayudar a un lado, pues estaría incumpliendo con mi misión inicial – Dicho esto Karamatsu se arrodillo ante Choromatsu con el respeto que se merecía y la diosa solo pudo suspirar. – No es tu tiempo aun así que debes cuidarte, no debo intervenir en lo que tú llamas Destino, pero tampoco puedes incumplir el camino que se eligió para ti. – Choromatsu se elevó una vez más y señalo a Ichimatsu – Tú, debes cuidar de él, ya que es tu destino a partir de ahora, si lo desobedeces morirás, si tratas de traicionarlo morirás, si tan solo quieres planear algo morirás, así son las cosas, cada vez que pienses en hacer algo recuerda a que estas atado ahora. – Ichimatsu no pasó desapercibida aquella advertencia ya que al dar una leve mirada a Osomatsu pudo ver lo que había pasado con este, estaba inconciente y ahora la diosa lo tenía en su mira un paso en falso y su vida correría peligro. – Las cosas están tomando un nuevo rumbo Karamatsu, prepárate para lo que viene más adelante – Dicho eso se acercó a donde Jyushimatsu y le dio la orden de llevar a Osomatsu con ellos pues era obvio que no saldría ileso de aquello. – Ah... – dio una última advertencia girándose hacia el padre y el demonio en el suelo– Guarda todo lo que pensabas hacer Ichimatsu, pecar... es algo peor que la muerte de Karamatsu. – Dicho eso se alejó de aquellos seres y una vez la diosa y Jyushimatsu estuvieron lejos, Karamatsu se levantó del suelo y se acercó a Ichimatsu, dándole así una bofetada, a lo cual Ichimatsu solo pudo abrir los ojos y antes de preguntar el por qué miro como los ojos de Karamatsu comenzaron a dejar caer unas cuantas lágrimas. – ¡Pensé que morirías ah! – explico el padre y le señalo – ¿Acaso te salve para que murieras de esta forma? – reprocho y poco después comenzó a negar con la cabeza, Ichimatsu solo podía parpadear ante lo que el padre le estaba reprochando, pero estaba muy lastimado como para poder decir algo o refutar las razones del padre. – Lo lamento...– fue lo único que pudo dejar salir y luego solo se mordió el labio para evitar que una lagrima o algun quejido saliera de su boca, ¿Cómo es que Karamatsu podía tener ese efecto en él? – Lo lamento...– dijo una vez más mirando al suelo, ahora se cuestionaba el por qué el padre le había salvado la vida por segunda ocasión, porque debía tratar de ayudarlo cada que tenía oportunidad, por que sacrificarse por alguien como él.

– Ichimatsu. – dijo Karamatsu con el ceño fruncido mientras se acercaba a el contrario, a Ichimatsu le estremeció la mirada de Karamatsu y pensó que acabaría todo ahí, bueno de alguna forma sería más rápido y sencillo que aquello sucediera pues ya no quería más, estaba cansado y tenía miedo de lastimar a Karamatsu, pero su sorpresa fue más grande cuando las palmas de Karamatsu le tocar las mejillas con suavidad y poco a poco unió sus labios de forma suave, Ichimatsu se sorprendió tanto que solo pudo abrir los ojos t por su mente paso la frase "pecar... es algo peor que la muerte de Karamatsu" pero, en ese momento sentía que si podía morir por la calidez que le envolvió al compartir aquel gesto con el padre. 


N/A: Lamento si es algo corto pero, comenzare a actualizar más seguido. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 24, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Tesiola [KaraIchi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora